*Los personajes de esta historia no me pertenecen, solo es una idea que se me ocurrió y quise escribirla por diversión.
Nanda Parbat
-¿Y bien?- Lady Shiva continuaba apuntando a la espalda del ex asesino con su katana, empezaba a desesperarse por no recibir una respuesta inmediata a su cuestionamiento.
-No confío en esas personas- respondió Damian procurando que su voz fuera lo más gruesa y seria posible, continuaba analizando las posibilidades de salir con vida de esa situación.
-Tú trabajo no es decidir si confías o no, estás aquí porque juraste lealtad al legado de Ra's Al Ghul-
-Es verdad, fue una acción estúpida y ofrezco una disculpa- sabía perfectamente que sus palabras no funcionarían, pero con suerte podría alejarse un poco del afilada arma- Será mejor que me retire- dió apenas un paso y fue detenido.
-No te atrevas a moverte un solo milímetro, aquí no hay lugar para errores, y mucho menos para acciones estúpidas- con un ágil movimiento la mujer estuvo a punto de cercenar la cabeza del hijo de Batman de no ser porque este apenas y anticipó su acción para quedar frente a ella, literalmente se encontraba entre la espada y la pared.
-Vaya, parece que eres hábil. Te diré que, si logras vencerme podrás salir de esta habitación-
De acuerdo, él podía hacer esto, después de todo había entrenado con Jason. Uno de los pocos luchadores que conocía que podían hacerle frente a Lady Shiva, estaba listo y necesitaba salir de ahí de inmediato.
-Bien- dicho esto y sin previo aviso lanzó una patada apuntando al vientre de ella para alejarla y desenvainar la katana del traje que llevaba.
Algo era seguro, no debía dejar ninguna abertura, nada que demostrara debilidad o estaría muerto antes de darse cuenta siquiera.
Su enfrentamiento se alargó mucho más tiempo de lo esperado, Shiva se sorprendió de su habilidad y Damian se sorprendía de poder seguirle el paso. Lo cierto que con sus nuevas responsabilidades en Empresas Wayne y todo lo referente a su boda, estaba algo oxidado en lo que a combate se refiere.
Pero esta no era una situación en la que podía darse el lujo de perder, necesitaba volver a casa, necesitaba volver con Raven.
Usando casi lo último de sus fuerzas consiguió desarmar a su oponente y acorralarla.
-Yo gané- dijo él antes de quitar el filoso instrumento.
-Un momento, aún no has ganado y lo sabes- respondió ella.
Sabía de lo que hablaba. A fin de cuentas en la liga de asesinos todo combate es a muerte, pero...
-No, no lo haré- apartó la katana de ella y se acercó a la salida.
-Bien, entonces lo haré yo- arremetió contra el ex asesino quien ya cansado solo volteó para mirarla cara a cara y gritarle.
-¡YA BASTA!-
El cansancio y desesperación en su voz, que para ese momento ya tenía su timbre normal al contrario de cuando empezó a hablar para despitarla, eran evidentes. Sin embargo eso no fue lo que hizo que ella se detuviera, sino el hecho de que ahora pudo ver claramente sus ojos. Estaba segura de haberlos visto antes, una mirada seria y asesina, pero ¿dónde los había visto?
-¿Quién eres tú?- Ella no era nada estúpida, algo raro estaba pasando ahí.
La respuesta que esperaba fue evadida sin discreción alguna.
-Mientras menos sepas, mejor- dijo serio- El juego terminó, yo gané- fueron las palabras del ojiverde que salió de la habitación.
La mujer quiso seguirlo pero apenas y pudo un pié fuera de la habitación la voz del nieto de Ras Al Ghul la llamó por el pasillo.
