¿PORQUE HAS VUELTO A MI?

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-Señorita.

Desperté de ese sueño y mire a mis alumnos que me miraban asustados, sonreí.

-Perdonad.

-Le hemos preguntado por su baile de graduación y de repente se ha quedado pillada.

-Sí, no pasa nada, mi baile un baile normal, ¿Por qué no seguimos con la clase? Aun falta mucho para vuestro baile.

El timbre sonó a los pocos minutos, mis alumnos salieron y yo me senté en la silla, mire el anillo que llevaba en la mano, no había podido quitármelo en todos estos años, tal vez era pare recordarme lo estúpida que fui en pensar que alguien podía quererme.

-Lucía.

Mire hacia la puerta, era Aitami, era mi mejor amigo, desde que entre a este instituto él era una persona buena y amable, y muy gay así que me ahorraba equivocaciones.

-Hola.

-¿Mirando el anillo otra vez? ¿Qué tal si te lo quitas?

-No puedo, es algo que quiero que me acompañe mientras viva, para recordarme...

-Lo estúpida que fuiste por enamorarte de esa chica, lo sé pero cielo el amor son equivocaciones, ¿Realmente no vas a enamórate nunca más?

-Unas horas son suficientes para mí, no quiero a nadie en mi vida, paso.

-Ya, y yo deseando enamorarme de un hombre con dinero que me haga el amor todas las noches.

-Pides poco.

-Lo sé, oye ¿vamos a cenar? Necesito salir.

-No lo sé, no quiero dejar a mi abuela sola.

-Pero si se maneja mejor que tú.

La abuela ahora era más mayor pero aun podía manejarse en algunas cosas solas, me sentía muy orgullosa de ella.

-Vamos por favor, eres mi mejor amiga.

Suspire y asentí se acerco a mí para abrazarme, me reí él siempre estaba para mí así que yo lo estaría para él. Llegue a la casa de siempre, la abuela estaba sentada en el sillón rojo viendo la televisión.

-Hola abuela.

-Hola cielo.

-¿Has comido?

-Sí, come tú.

-Abuela esta noche Aitami quiere ir a cenar, ¿te molesta quedarte sola?

-Claro que no, debes salir a divertirte cielo, eres joven.

-Pero no quiero dejarte sola.

-Estaré bien, tú ve.

Si ella lo decía eso haría, aunque no negaba que no me gustaba dejarla sola. Salí de la casa y vi a Aitami esperando en su coche.

-¿Vas a manejar?

-Sí, si bebo lo dejo en los aparcamientos y nos vamos en un taxi.

-Pero exactamente ¿Dónde quieres llevarme?

-A bailar.

-Dijiste a cenar, no me gusta los sitios llenos de gente me agobia.

-Lo sé, por eso no te dicho nada, vamos.

Suspire ¿Qué iba hacer con él? Matarlo no, era demasiado tarde. Cenamos y después de eso me llevo a un local que habían abierto hacia unos meses pero que aun no habíamos ido, al entrar vimos a mucha gente bailando y hablando a la vez, ya me veía mañana con dolor de cabeza solo por el sonido alto.

Aitami tiro de mí para pedir algo, después me guio a la pista de baile, y ya me deje llevar, cuando note unas manos en mi cintura, me gire y vi a un tío que no conocía.

-¿Qué mierdas haces?

-Venga, baila conmigo.

-Ni en tus mejores sueños.

-¿Qué vas a pedir más? Con ese cuerpo no vas a engañar a nadie para que se acueste contigo.

Aitami que estaba hablando con un chico vio lo que estaba pasando y se acerco a nosotros.

-¿Tienes algún problema imbécil?

-¿Qué eres su novio? Tienes mal gusto.

Vi que Aitami quiso pegarle pero me adelante y le di una patada bien fuerte en su pozo de los deseos, provocando que todos miraran, aquel tipo se retorció de dolor pero se levanto justo cuando apareció un tipo muy alto que me tapo la vista, no sé qué paso que cuando se quito no estaba el otro tipo, el segundo tío se giro, cuando sus ojos se posaron en mi, note algo raro como si ya los hubiera visto antes.

-¿Estás bien?

Aitami me abrazo y yo me aferre a él, no me dolían esos comentarios porque ya los había superado, pero aun no entendía ese odio hacia los que no teníamos un cuerpo normativo.

-Señorita, ¿Está bien?

-Sí, no se preocupe.

-¿Por qué no me acompañan a un sitio menos abarrotado? Los invitare a algo.

-No hace falta.

-Por favor insisto.

Los dos nos miramos y luego le seguimos hacia una puerta que cruzamos dando a un pasillo largo, después giramos y vimos varias cortinas, aquel hombre corrió una y vimos unos sofás y una mesa pequeña.

-Estamos en la zona VIP.

-¿Puedo preguntar quién es usted?

-Soy Hugo, el dueño del local.

-¿Y que hace el dueño metiéndose en peleas?

-Bueno, tengo que estar pendiente que todo esté controlado, me gusta estar metido en todos los asuntos de mi local, y eso incluye que insulten a una chica tan bonita como usted.

-Le agradezco el cumplido.

-Traeré algo de beber, por favor quedaros aquí, no tardare.

Se fue y Aitami y yo nos sentamos, menudo cambio de escena habíamos dado.

-Esto algo que no pasa en la vida real.

-Eso parece, ¿Tú estás bien?

-Sí, hace años que no me afectan esos comentarios.

-Por cierto buena patada.

-Gracias.

-He vuelto y he traído a mi socia y hermana, os presento a...

-Amber.

No podía ser, era ella, estaba delante de mí, después de tantos años, ahora comprendía porque me sonaba la cara de ese hombre, porque sus ojos eran iguales a los de ella.

-Lucía.

-¿Es que os conocéis?

-Sí, ella arruino mi vida, perdonad pero no puedo estar aquí.

Salí corriendo de allí, no podía verla, había superado parte de mí trauma, esto sería volver atrás. 

LA FAMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora