CELESTE, Y LA VERDAD DE TODO

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AITAMI

Abrí los ojos, cuando vi que Hugo no estaba, me asuste terriblemente, me levante y salí al salón no estaba, dios ¿Y si solo había sido un polvo? ¿Y si ya no me quería a su lado? Pero entonces la puerta se abrió, era él vi que venía una con bolsa de la cafetería, al verme sonrió.

-Buenos días bebe.

Salí corriendo y lo abrace, Hugo me abrazo y no dijo nada, solo se quedo ahí, esperando a que yo hablara.

-Has vuelto.

-Claro, he ido a por tu café y tarta preferidos.

-Yo pensé que...

-Que me había ido, ya, lo siento mi amor, no quise despertarte porque estabas plácidamente durmiendo, pero no me di cuenta del miedo que aun tienes, pero te prometo que no soy ese cabrón, no voy abandonarte, no ahora que te tengo conmigo.

-Lo siento, te prometo que luchare contra mis inseguridades.

-Lucharemos cielo, ¿desayunamos?

Asentí y caminamos al sofá, en ese momento mi móvil sonó era Lucía.

-Hola guapa.

-Tienes que ayudarme, pon el manos libres por favor.

¿El manos libres? Pero le hice caso me separe el móvil del oído y le pulse al botón.

-¿Me oyes Hugo?

-¿De qué estás hablando?

-Vamos, sois demasiados obvios, os faltaba saltar a comeros delante nuestra, además he ido a tu casa y no estás, así que puedo imaginarme donde estas querido.

-Hola Lucía.

-Te lo dije amor, están juntos, me debes la apuesta.

-¿Amber?

-Sí, estamos en la cafetería con Dante, le dije a Lucía que teníais algo, y llevaba razón, hermano nunca pensé que encontrarías el amor con un hombre, pero me siento feliz.

-Bueno, estamos empezando no te emociones Amber.

-Bebe, estoy delante.

-Lucía le ha llamado bebe, que bonito.

-Bueno, ¿Qué es lo que pasa?

-Tenemos que vernos.

-Desayunamos y nos vemos en el parque de aquí al lado, dentro de una hora.

-Vale, por favor lo que tengáis que hacer, hacerlo rápido, no quiero retrasos.

Colgué y me reí, le di un bocado a la tarta, bueno ellas ya lo sabían.

-¿Confías en mí?

-Sí, perdona soy algo privativo cuando estoy con mi pareja, me gusta ser reservado.

-Lo entiendo, pero te hare feliz bebe, lo juro.

-Lo sé, ahora terminemos nos necesitan.

Beso mis labios, confiaba en él pero mis demonios interiores querían escapar de la cárcel donde los había encerrado.

LUCIA

Dante jugaba en los columpios mientras Amber y yo estábamos sentadas en uno de los bancos, hasta que vimos aparecer a los chicos, venían de la mano, las dos nos miramos y sonreímos.

-No quiero bromas.

-¿Por qué? Si sois súper monos, de verdad las dos nos alegramos tanto de que estéis juntos, merecéis ser felices, en lo que respeta al amor, siempre habéis tenido mala suerte.

LA FAMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora