DANTE Y EL BESO QUE NO QUIERO

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Entre en mi cuarto, Amber me siguió, pero me miraba de arriba abajo, ya que solo llevaba puesta la camisa de Aitami.

-¿Dónde has dormido?

-No pienso decirte nada, ¿Qué haces aquí?

-Quería ver a la abuela.

-No la llames así.

-No le dijiste nada.

-No podía, ella te quiere, le hubiera partido el corazón, y no podía hacerle eso.

-Gracias, oye ese chico de anoche ¿Es tu novio?

-¿Recuerdas que te dije que no estaba con nadie? Es mi mejor amigo, y gay.

-Es cierto, por favor déjame venir a ver a la abuela.

-No puedo negarte eso, ya que la abuela no sabe nada de lo que paso entre nosotras, voy a ducharme, despídete y vete.

Entre en el baño, me quite toda la ropa y me metí en la ducha, el agua caliente cayó en mi cuerpo, estaba tan concentrada que no sentí la puerta abrirse, solamente cuando note sus manos en mi cintura me gire asustada.

-¿Qué haces?

-Ya sabes lo que me pasa cuando te veo, eso no ha cambiado.

-Sal de la ducha.

-No me rechaces, por favor.

Intento besarme pero tire hacia atrás dando con la espalda en la pared, su boca se paso por mi cuello, suspire.

-Sigues siendo tan dulce.

Sus manos vagaron por mi cuerpo, recorriendo cada punto que me hacia gemir, aun los recordaba.

-Amber, estás casada.

-Solo calla y déjame oírte gritar.

Metió sus dedos dentro mí, mis piernas quisieron flojear pero aguante, por descuido, me beso y yo no pude evitar seguirle el beso, mientras ella me torturaba lentamente, hasta que chillé de placer en su boca.

-Aun amo tus gritos.

-Sal de aquí, no quiero verte.

Solo salió y se fue, di un puñetazo a la pared, ¿Por qué demonios tenía que ser tan estúpida?

AITAMI

Salí de la ducha cuando sonó mi móvil, era un número que no conocía, pero lo cogí de todas maneras.

-¿Sí?

-¿Cenamos esta noche?

-¿Hugo?

-Sí, me dijiste que cuando liberara mi agenda te llamara, ya lo echo.

-Se ve que te aburren las mismas mujeres y quieres conversaciones nuevas.

-Tal vez, ¿Te recojo?

-No voy a decirte donde vivo, nos vemos en la cafetería a las 9.

-Vale.

Colgué, después me reí pero cuando iba a soltar el móvil volvió a sonar, era Lucia.

-Hola preciosa.

-He tenido sexo con Amber, en la ducha.

Casi se me cae el móvil al suelo, tuve que sentarme y pensar en lo que había dicho, nos quedamos callados unos minutos, hasta que grite.

-¿Pero tú estás loca?

-Ya, ya lo sé.

-¿Cómo demonios ha acabado Amber en tu ducha? Porque dime que ha sido en tu casa y no te has ido con ella a ningún lado.

LA FAMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora