Capítulo 5: Esto no puede ser verdad...

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Escuche como el sonido de la alarma del móvil sonaba junto a la canción que estaba puesta para esa "magnífica" tarea de despertarme.

Abrí los ojos y me quede mirando algunos instantes el techo, como si fuera lo más interesante en el mundo.

Después de algunos instantes embobada en la lámpara, me giré a un lado y cogí mi móvil de la mesita de noche.

Sin ni siquiera desbloquearlo ni echar cuenta en todo lo demás, apague la alarma, pero aún la canción seguía sonando. Me incorporé y me quede sentada, echándome los pelos hacia atrás, fuera de la cara.

Me moví hacia el filo de la cama y me levante. Fui hacia la ventana, y abrí las cortinas. Mire hacia afuera de la ventana.

El día parecía haber empezado bastante bien, no había ninguna nube en el cielo y el sol empezaba a asomarse entre los huecos de los edificios.

Me alejé y camine por la habitación, dirigiéndome al baño. Abrí la puerta y entré dentro, dejando la puerta encajada detrás de mi.

Me quite el pijama que llevaba puesto y entre en la ducha, cerrando la puerta de cristal.

Abrí el grifo y deje que el agua cayera sobre mí. Empecé a lavarme el pelo y el cuerpo, dedicando su tiempo necesario.

Cuando termine de ducharme, cerré el grifo y abrí la puerta. Alargue mi brazo y cogí una toalla que había ahí colgada.

Empecé a secarme el cuerpo, para después amarrarlo cubriendo mi cuerpo. Salí de la ducha y camine descalza hacia un pequeño armario, para sacar otra toalla, pero más pequeña para el pelo.

La saque y empecé a secarme un poco el pelo, para después coger el peine y empezar a quitar todos los enredos que tenia.

Cuando termine, puse el peine a un lado del lavabo y deje que mi largo cabello cayera aún un poco húmedo y mojado sobre mis hombros y mi espalda.

De repente, escuche como la canción que tenia asignada para las llamadas empezaba a sonar de imprevisto. Rápidamente, sujetando con una mano la toalla que cubría mi cuerpo para que no se cayera, corrí y salí del baño, para después dirigirme a la mesita de noche con paso rápido.

Cogí el móvil con la mano y lo desbloquee, encontrándome con el nombre de Carly en la pantalla.

Deslice el dedo hacia el lado derecho de la pantalla y cogí la llamada. Me puse el móvil cerca de mi oreja, para al instante empezar a hablar.

-¿Diga?-pregunte, aún sabiendo que era Carly la que llamaba.

-Anna, soy yo, Carly. Te llamaba para que hoy no vinieras a recogerme, tengo que salir más temprano que de costumbre por una reunión de empleados y Sam me va a llevar. Solo quería avisarte para que no vinieras a mi casa y esperaras en vano...-escuche como decía Carly por el otro lado de la línea.

-No te preocupes Carly, lo comprendo-dije intentando tranquilizarla un poco- Me alegra que me hayas avisado con antelación...

-Si, no quería que te quedaras horas y horas esperándome-escuche como decía Carly, ya un poco más tranquila-Te tengo que dejar, Sam me esta llamando diciéndome que el desayuno ya esta listo. Adiós Anna, y que pases un buen día. Nos veremos mañana...

-Adiós, igualmente y hasta mañana-dije sonriendo levemente. Sonó un pequeño pitido al otro lado de la línea, Carly ya había colgado.

Volví a bloquear mi móvil y lo deje encima de la cama. Camine hacia la cómoda y abrí uno de sus cajones, sacando ropa interior limpia.

Me quite la toalla, dejándome la que tenía en el pelo y me puse la ropa interior. Me senté en la cama y me cruce de brazos, un poco pensativa, ¿que podía ponerme hoy?

La Autobot desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora