La Autobot desconocida

Capítulo 2: Un domingo un poco raro

Estuve andando hacia el apartamento de Sam y Carly mientras daba un pequeño rodeo, observando atentamente todo detalle.

El sol ya había cruzado lo más alto y ahora había algunas nubes por el cielo.

Una media hora más tarde, por fin llegue a la calle donde vivían Sam y Carly. Acelere un poco el paso para poder llegar cuanto antes, hacía ya una semana desde la última vez que les había visto porque había estado bastante ocupada en mi trabajo, así que decidí hacerles una visita.

Entre en el gran callejón donde daba la puerta de su casa, y mire al ascensor que ellos tenían.

Me acerque al portón y entre. Empecé a subir las pequeñas escaleras y me pare justo delante de su puerta.

Llame al timbre y espere un poco. Escuche un poco de ruido al otro lado. Vi como el manillar se movía a un lado y la puerta se entreabrió.

La cara de Sam se asomó por el hueco que había entre la puerta y la pared, ya que tenía la cadena del cerrojo puesta.

-¿Quién es?-escuche decirle con un tono divertido. Sonreí y negué divertida con la cabeza, siempre hacia lo mismo...

-¿Quién crees que va ser? ¿Un caniche con sombrero? Ábreme ya, tonto...-dije sonriendo divertida mientras veía que Sam se reía un poco detrás de la puerta.

Volvió a cerrar la puerta y escuche el sonido de la cadena. Segundos después, la puerta volvió a abrirse pero ya completamente abierta.

Sam estaba de pie con los brazos cruzados delante de su pecho con una sonrisa divertida.

-¿Enserio? ¿Un caniche con sombrero? ¿No se te ha ocurrido nada mejor?-dijo riéndose literalmente de mí.

-¿Y qué quieres que dijera? ¿Que era tu peor pesadilla?-dije yo también con una sonrisa divertida. Sam volvió a reírse y me dejo entrar.

Entre en su apartamento y Sam cerro atrás mía. Mire a mi alrededor, estaba un poco desordenado.

-¿Y Carly?-pregunte yo buscándola con la mirada.

-Está en la cocina, nos has pillado desayunando-dijo con una sonrisa. Empezó a andar hacia la cocina y le seguí.

Entre detrás de él y vi a Carly sentada en la mesa mientras comía. Levanto la mirada y al verme sonrío.

-Hola Anna, ¿cómo estás?-dijo con una sonrisa.

-Hola Carly, estoy muy bien, gracias por preguntar. Siento mucho hacer interrumpido mientras estabais comiendo-dije disculpándome.

-No pasa nada, ya sabes que puedes venir aquí cuando quieras-dijo Sam con una sonrisa mientras se sentaba delante de Carly.

-Será mejor que os espere en el salón mientras termináis de comer-dije con una sonrisa mientras me daba media vuelta y salía de la cocina.

Volví al salón y me senté en una silla giratoria. Me puse a dar vueltas mientras miraba algún punto del inmenso y alto techo.

Mire a mi alrededor y vi que la puerta al balcón que tenían estaba abierta. Sonreí y me levante, andando hacia allí.

Salí afuera y mire hacia el exterior, aunque no se podía ver mucho, porque un edificio ocultaba todo el paisaje. Mire a mi lado y vi como el perro de Sam y Carly estaba tendido en su caseta mientras me miraba fijamente.

Sonreí y me acerque. Me agache y me puse delante de él. El perro se levantó y salió de su caseta mientras daba unos pasos hasta llegar hasta mí. Se sentó delante de mí y empecé a acariciarle detrás de la oreja y por su lomo.