06 - choco krispis

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El chico caminaba a paso rápido hacia el supermercado pero no para comprar cereales precisamente, si no que para arrastar a Tabatha hacia su casa. Unas horas antes su madre le dio dinero para que hiciera las compras, pero más de la mitad de este se había gastado en cajas de cereales. Choco krispis para ser exactos, estaba dispuesto a satisfacer las necesidades de su conocida, casi amiga.

El encuentro de hace unos días fue casi perfecto, pero sabía que la chica tenía una personalidad complicada y realmente quería disfrutar de una cena de cereales con ella. Al momento de verla le quitó las cajas de cereales que tenía en sus manos y la tiró a través del pasillo, podía notar como un gran signo de interrogación se instalaba en la cara de la chica hasta el puntó de zafarse del agarre de Calum.

-¿A donde me llevas, loco? -dijo acariciando su brazo.

-Era obvio que no aceptarías cenar conmigo fácilmente, así que la mejor forma era obligarte -respondió encogiéndose de hombros.

-Interesante, pero debo hacer algo ahora -señaló el pasillo de galletas y golosinas.

-¿Algo como devorar cereales frente a la televisión? -replicó enarcando su ceja.

Ella rodó los ojos.

-Apuesto a que tú haces lo mismo -se cruzó de brazos.

-Nop, tengo una hermana igual o más adicta a los cereales que yo -se burló Calum abrazándola por los hombros.

-Oye, no me gusta que me toques -puso una cara de asco que hizo reír al chico.

-Acostúmbrate, podemos hacer otra cosa si no quieres una cena romántica de cereales -murmuró encogiéndose de hombros.

-No, no. Los cereales están bien -se rindió

A pesar de lo incómooda que se sentía con el brazo de Calum rodeando sus hombros, no dijo nada. Pero en el momento que se dirigían a otra dirección, donde no se encontraban los restorants, ella detuvo su paso.

-Espera, ¿a que te referías con "cena de cereales"? -interrogó ella.

-Tú y yo, mi casa y muchas cajas de cereales, piénsalo -el chico le guiño un ojo.

-Ahora entiendo... -asintió, como si estuviera descifrando un puzzle mental.

-¿Por qué? ¿acaso pensabas que te llevaría a un restorant donde nos sirvieran cereales con leche? -preguntó soltando una carcajada y la chica aprovechó eso para alejarse un poco.

Tanta cercanía la tenía mareada.

-Tampoco soy tan estúpida -mintió, porque en algún momento sí lo había pensado.

-Haremos algo -pronunció y ella centró su atención en él. -Como nos conocemos desde hace poco tiempo y no de la mejor forma, claro, pero esta podría ser una buena oportunidad para arreglar nuestras diferencias, ¿no te parece?

-¿La verdad? no -respondió

-No me importa lo que digas, de todas formas ya estamos llegando a mi casa.

Tabatha podría haberse negado rotundamente a su petición, y si él hubiera insistido algo tan simple como llamar a los guardias de seguridad se lo quitarían de encima fácilmente. Pero la razón por la que cedió fue que su estomago pedía a gritos alimentarse

Sería algo ilógico decir que no cuando se trata de cereales.

Al llegar, caminaron directamente hacia la cocina. Nadie más se encontraba en la casa y eso ponía un poco nerviosa a la chica, en cambio Calum se encontraba neutral y con ganas de que su cita resultara a la perfección.

-Y el menú de hoy es... -farfulló con un redoble de tambores provocados por una cuchara de madera contra la tapa de una cacerola. -¡Choko krispis!

-Uhm..., me lo imaginaba -masculló la chica sintiendo como se le hacía agua la boca.

Luego de preparar dos grandes platos de cereales, se sentaron en el taburete y comieron en silencio. Tan sólo se escuchaba el "cruch" que producían sus dientes al masticar, algo de lo que ya estaban acostumbrados, pero que a cualquier persona los pondría de los nervios.

-¿Puedo hacerte una pregunta? -habló con la boca llena y Tabatha tuvo que adivinar lo que decía.

-¿Que quieres saber? -respondió de la misma forma y él la miro extrñado.

-Cualquier cosa, lo único que sé es que te gusta engullir montones de cajas de cereales -la chica asintió y pensó en algo interesante que decir.

-¿Sabías que puedo alimentarme a base de cereales? -le contó cuando ya hubo tragado.

-¿Es en serio? podría intentarlo si le añadiera unas cuantas cajas de pizza -comentó.

-Aunque de todas formas le hace mal a mi organismo.

Él no contesto y continuaron comiendo. A Tabatha se le había ocurrido una idea para hacer menos aburrida la situación, pero no sabía en que momento llevarla a cabo.

-Cuéntame más -pidió él bebiendo lo que quedaba de leche.

-Hoy estás muy preguntón -se quejo ella. -Te mostraré algo.

Lo arrastró hacia la puerta trasera y le señaló algo inexistente en el jardín.

-¿Ves eso? -Calum negó. -Oh vamos, está frente a tus ojos.

-Yo no veo nada -respondió indiferente.

-Pues ve a buscarlo -de un empujón logró dejarlo afuera y cerró la puerta para que no pudiera entrar.

Y en eso, cometió el crímen más grande de su vida.

Vertió la botella de leche dentro de la caja de cereales y con la cuchara de madera comenzó a comer directo de allí. Calum la observaba desde el ventanal con el rostro de un cachorrito mojado y pidiendo a gritos que no tocara sus cereales.

Después de todo, resultó ganarse una cita fallida y que una loca se apoderara de su casa, mientras la chica se divertía haciéndolo sufrir un rato.

cereal ✧ cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora