Capitulo 18: Quiddicht

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Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba veían a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor.

Iba a comenzar la temporada de quidditch. Y yo seguía sin entrenar a todos los entrenamientos al que fui Wood me mandaba a sentarme en las gradas mientras veía a Harry volar y cuando terminaba nos íbamos al castillo los dos juntos. Aquel sábado, se supone que jugaríamos nuestro primer partido: Gryffindor contra Slytherin. Si Gryffindor ganaba, pasarían a ser segundos en el campeonato de las casas.

Casi nadie había visto jugar a Harry, porque Wood había decidido que sería su arma secreta. Harry también debía mantenerlo en secreto. Pero la noticia de que iba a jugar como buscador se había filtrado.

-Oliver te quería preguntar cuando voy a entrenar-lo atrape justo cuando iba a clases

-Lyra tu no vas a jugar

-Espera que, la profesora McGonagall dijo que podia

-Si mira es que, no es un deporte para chicas

-Angelina juega

-Me refiero a que el Quiddicht es un deporte muy brusco no creo que puedes jugar

-Ahora por ese comentario quiero jugar mas que nunca- estaba empezando a molestarme por lo que estaba diciendo

-Lyra eres muy joven no quiero que te hagan daño eso es todo-dijo poniendo una mano en mi hombro

-Pero puedo jugar, soy buena en eso, además soy tu única opción no tienes una suplente

-Eres una pequeña muy manipuladora lo sabias

-Lo se- dijo sonriendo

-Bien solo jugaras este partido y yo decidiré si te quedas

-Bien- ambos nos fuimos por caminos separados

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El día anterior al primer partido de Harry los cuatro estaban fuera, en el patio helado, durante un recreo, y había hecho aparecer un brillante fuego azul, que podían llevar con ellos, en un frasco de mermelada. Estaban de espaldas al fuego para calentarse cuando Snape cruzó el patio. Los tres chicos se apiñaron para tapar el fuego, ya que no estaban seguros de que aquello estuviera permitido. Por desgracia, algo en sus rostros culpables hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna. No había visto el fuego, pero parecía buscar una razón para regañarlos.

—¿Qué tienes ahí, Potter?

Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.

—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape —. Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.

—Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Harry con furia, mientras Snape se alejaba—. Me pregunto qué le pasa en la pierna.

—No sé, pero espero que le duela mucho —dijo Ron con amargura.

-Ron no le desees el mal a nadie aunque te caiga mal-

-Si mamá perdón- le golpee el hombro pero el solo se río.

En la sala común de Gryffindor había mucho ruido aquella noche. Estábamos sentados juntos, cerca de la ventana. Hermione estaba repasando los deberes de Harry y Ron sobre Encantamientos. Nunca los dejaba copiar («¿cómo vais a aprender?»), pero si le pedían que revisara los trabajos les explicaba las respuestas correctas.

Lyra Grindelwald y La Piedra Filosofal   [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora