Amor superficial.

Prologo.

Y aquí están.

La rica heredera Camila Johnston y el lavaplatos de un restaurante de segunda Christian Olmos.

-¡por esa razón! –Le grito con desesperación.-¡eres una superficial!

-¡el que a mí me importe mi ropa de marca, no es superficial!

El chico bufo, literalmente, echaba chispas.

-Camila, yo usaba ropa de segunda, con el costo de tu blusa compraría mi guardarropa de un año.-ella lo miro con enojo.

No podía creer que le diera poca importancia a la moda.

Se le acerco tratando de asesinarla, en su lugar, la tomo de los hombros.

Suspiro.

-no necesito una chica como tú.

Las fuerzas se le fueron a los pies a aquella chica, casi, casi, se quedo sin aire.

-pero, hace unos minutos me dijiste que me amabas…

-amo a Camila dentro de nuestra casa.-respondió.-afuera eres una chica plástica, que le importa el ultimo cabello que no está liso en su cabeza.-le paso sus manos por el cuello a la rubia.-recuerdo cuando te bañas conmigo, no te importa si el maquillaje se te corre o si se te esponja el cabello, cuando hacemos el amor no te importa lo sudada que estas…-le beso sus labios.-yo no quiero vivir de apariencias toda mi vida.

La soltó, ella no respondió a aquello. Sabía que todo era verdad.

-soy una muñequita de plástico.

Se dijo a sí misma.

Jamás lo admitió, solo después de conocer a Chris, él le abrió los ojos y descubrió ante ella, quien era en realidad.

Christian no concebía que el amor de su vida fuera una chica superficial, que le importara mas como se veía que ser feliz a ojos de todo el mundo.

Tampoco sabía cómo llego a este punto, de haberse casado con una muñeca de plástico a la que comenzó odiando y después amado con todo su corazón, a pesar de que este amor superficial comenzó con un trato, en el que había millones de dólares de por medio para Christian, los cuales serian para el tratamiento de Suri únicamente.

Pero un año basto para que Christian se diera cuenta de que Camila jamás cambiaria y nunca podría llegar a amarlo como él la amaba a ella.