el trato.

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Ya había pasado una semana en el colegio, le había resultado más barato el trasporte a casa, ya que decido caminar al trabajo y meter una hora extra a diario. 

Ahora si podría pagar la luz, a pesar de ya haber pasado 4 días sin ella.

Cayó rendido en una de las bancas de la cafetería. Estaba agotado. Ahora solo dormía 6 horas, estudiaba 7 y trabajaba 10 horas diarias.

Además, estaba cansado de todas las chicas que lo acosaban. 

Llegaron 2 chicos, Toni y Aarón.

Era a los únicos que les hablaba. Ellos le advirtieron de Camila, le dijeron que no debía meterse con ella o le costaría su vida social, para lo poco que le importaba eso, después le platicaron de sus burlas.

Christian no les oculto que tenía media beca y que trabajaba para pagarse el colegio, y que él no tenía para comprar en la cafetería.

Le pidieron que no se sorprendiera de que ella lo tomara como burla, el parecía el chiste perfecto de Camila.

 -levántense.-le ordeno con su singular voz.-y lárguense.

Christian la miro con detenimiento. 

“si se lo propone puede ser una gran molestia”  pensó el joven.

Los dos chicos se levantaron, tomaron sus cosas y miraron a Christian.

El también se levanto, disponiéndose a irse.

-siéntate Christian, necesitamos hablar.

Los muchachos se fueron casi corriendo, sabían que algo malo estaba por suceder.

-¿de qué quieres hablar? –pregunto sin importancia.

Tomo la limonada y bebió del vaso, luego se recargo en la mesa, apoyando los codos.

-tu actitud no me gusta.-le dijo con voz prepotente.-y ese beso...

Christian levanto una ceja, disgustado.

-eres bien correspondida, tampoco me gusta tu actitud.-dijo sin importancia.

-pero a mi si, asi que vamos a hablar.-Christian dejo el vaso de limonada.

-pues no me importa, tengo mejores cosas que hacer. 

Lo miro, boquiabierta. Era la primera vez que le decían eso, o al menos a su cara.

Tomo sus cosas.

-tus labios son una delicia muñequita.-le dijo al oido.

La rubia se quedo sin habla y con un escalofrio que le recorrio todo el cuello.

Salió tranquilamente de la cafetería, con una sonrisa traviesa y dejando a la rubia completamente enojada.

*

El señor Johnston obligo a Camila a llevar alguien a los eventos.

No tenía ni idea de a quien se lo pediría.

-deberías pedírselo a Christian, llena las cualidades.-le dijo Paula.

Eso era cierto, guapo, inteligente y ese porte de galán que se cargaba, justo lo que ella necesitaba.

-además, no te enojes, pero, tu novio paso a segundo lugar 10 minutos después de que llego Christian.

Eso también era cierto, su novio era obsoleto, tomaría en serio eso de que termino con él.

Amor superficial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora