El turno de ayer fue muy pesado. Aunque durmiéndose, esperaba a Camila en la entrada del colegio.
Se habían puesto de acuerdo para verse ahí.
En realidad Christian no tenía nada que hacer ese día, solo ponerse a repasar lo que vio esta semana en el colegio.
El auto de Camila venia llegando, el chofer se bajo y le abrió la puerta.
-¡hola Chris! –saludo efusivamente en cuanto se cerró la puerta.
-hola Camila.-contesto.
-llámame Camile.
-si tu nombre es Camila, debo llamarte Camila.-le dijo.-¿Por qué razón cambiarias de nombre?
Ella lo miro con confusión, era la primera vez que le preguntaban tal cosa.
-solo me gusta y dime Camile.-le dijo sonriendo.
El chico solo la miro, contemplando esa hermosa sonrisa…
¡No! Miro inmediatamente por la ventana.
-Chris, firma esto.-la rubia le entrego un documento.
Comenzó a leer.
Por medio de este documento, el joven Christian Olmos, se compromete a asistir a la comida de caridad en la ciudad de New York, US y después al baile de gala en compañía de la heredera Camile Johnston y la señorita Paula Quiroz el día sábado 13 del presente mes y año.
Por dicho servicio prestado por parte de Christian Olmos, se pagara la cantidad de 20 mil dólares al final del día.
-te dije que no quería dinero.-murmuro molesto.
-mi papi insistió.
¿Por qué tenía que ser así de superficial? Se pregunto Christian.
Aunque odio admitirlo, aceptaría el dinero, realmente lo necesitaba.
Tomo la pluma y firmo.
La chica tomo la hoja y se la dio al copiloto.
-¿A dónde vamos? –pregunto con curiosidad.
-por Paula.-le contesto…
Christian la escucho, tenía otro tono de voz, sin ese aire de superioridad.
Era la primera vez que la escuchaba así.
-¿por aquí vive? –volvió a preguntar, con ánimo de sacar esos pensamientos de su cabeza.
-sí, aquí.-el auto se detuvo.
Paula salió de la enorme casa de color café.
El tipo de seguridad bajo del auto y abrió la puerta por el lado de Camila.
Esta, se corrió un lugar, la cual quedo a escasos centímetros del chico.
Sintió esa rica fragancia a vainilla, lo embriago por completo.
-¡hola! –al escuchar el grito de la rubia salió de aquel trance provocado por el perfume.
-hola Camile.-contesto con inocencia al subir al auto.
-ahora vamos a comprar los vestidos.
A Christian no le hacía ninguna gracia pasar tiempo de compras y menos con un par de chicas, que una, era la peor muñequita de plástico que se encontraría en su vida.
-espera.-subió un poco el tono de su voz, las chicas lo miraron en silencio.-en el dicho contrato no decía que debía acompañarlas.
-tienes que ir, en serio.-le contesto seria.-también tienes que comprarte algo.-lo miro con desdén y luego se dirigió a Paula.-como te decía…
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Amor superficial.
Romancela rubia de ojo azul y cuerpo de modelo, Camile Johnston, descubrira quien es en realidad, detras de esa ropa de marca y actitud prepotente, Christian la inducira a que se vea como en realidad es, pero todo tiene un precio, a pesar que ese precio se...