Un gran error.

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Al llegar al dichoso club, Christian noto que no era muy elegante, de la categoría de Camila.

Camila tomo una maleta que hasta ese momento, Christian se percato que estaba ahí, saco un vestido negro, muy pequeño y un par de zapatos rojos de unos 15 centímetros de altura. Se alboroto un poco el cabello y el chofer abrió la puerta.

-esperen mientras me cambio.-ordeno la heredera.

Christian y Paula bajaron de la limosina.

-¿Por qué se cambiaria para entrar al club? –pregunto confundido.

Paula lo miro, queriendo desconfiar y pensando en la respuesta.

-solo te digo que conocerás una parte de Camile que es muy real.-se acerco al muchacho.-aquí no finge, no tiene nada que perder.-le respondió.

-pero…- Christian se quedo sin palabras al girar y ver a Camila.

-ya, vamos.-dijo al bajar de la limosina.

Christian literalmente babeaba al ver lo sexy que se veía de pies a cabeza.

El mini vestido apenas y le cubría el trasero, sus senos saltaban a la vista y los zapatos la hicieron crecer más de lo que el chico pensaba.

“sexy” se dijo a sí mismo.

-deja de mirarme así, me da miedo.-le dijo la rubia, tratando de demostrar asco, pero realmente sentía placer al ver la expresión de Christian por ella.

Paula se rio.

-lo siento…-murmuro Christian, tratando de concentrarse en algo que no fueran los senos de Camila.

La rubia también rio, le quito el saco y la corbata, se la dio al chofer, lo tomo del brazo y se dirigió a la puerta.

“jamás sentirá lo mismo por mí.” Paula se entristeció al darse cuenta de ello.

Camino detrás de ellos.

Camila se dio cuenta que ya se había echado a la bolsa a Christian.

Le encantaba pensar que la notaba atractiva.

Y el joven no podía con eso, Camila se le metió por todos lados, ya no podía pensar ni un segundo con claridad.

Había muchas chicas, semidesnudas en ese bar, y tipos ya borrachos.

-es bar o un table dance.-le dijo Christian en broma a Camila. Ella sonrió.

-algo entre las dos.-le contesto, aun sonriendo.

-entonces, ¿me darás un privado? –le respondió, riéndose, a lo que ella le dio un codazo.-ya, ya, ya entendí.-la detuvo, abrazándola por detrás y acariciándole el vientre.

-si bajas 2 centímetros, te castro.-le dijo al oído.

Christian pensó en hacerlo, bromeando, pero había mucho en juego.

-señorita Camile.-un mesero se le acerco.-pase, la mesa está reservada.-era joven, de unos 28 0 30 años, castaño y un poco robusto.

Lo siguieron hasta una mesa que daba directo a la pista.

-¿lo de siempre? –pregunto el mesero.

Camila miro a Christian.

-si, tráenos una botella y tres vasos con hielo.-le contesto en tono de orden, el de siempre.

Al escuchar tres, Christian recordó a Paula. Esto lo hizo sentirse mal.

Giro y Paula seguía detrás de él.

Amor superficial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora