Dime si esto es un Juego; para Desaparecer.

Capítulo 5.

Dejo caer mi cabeza en el timón consumida por la frustración, esto es una mierda.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —Cuestiona Billie a mi lado. Al apagarse la motocicleta no nos quedó de otra que bajarnos de ella, ni medo que nos quedáramos a esperar a una estúpida hada madrina.

—Meghan...

—¡Maldición no lo sé! —Exclamo levantando la cabeza para mirarla irritada.

—¡No tienes porque gritarme no es mi culpa que tu estúpida motocicleta se haya quedado sin combustible! —Me grita y gracias a la poca luz de la luna logro ver el lado derecho de sj rostro enojado.

—¿Mi estúpida motocicleta? ¡Pues esta estúpida motocicleta te salvó el trasero de la cárcel!

—Habría preferido eso a ser devorada por lobos.

—Pues perfecto, ¡ve! ¡Da media vuelta y regresa!

—¿Sabes qué? esto es estúpido, estamos discutiendo cuando deberíamos buscar una solución. —Dice la ojiazul dando una vuelta rápida examinando el lugar. —¿Tienes un teléfono? Olvidé el mío en el auto de Dino.

—Lo dejé en casa. —susurro. —Tendremos que caminar un poco más, en la autopista debe haber alguna gasolinera.

—Realmente estás loca. —Una risa incrédula sale de su garganta. —Creo que olvidaste el camino, está oscuro y no sabemos con qué nos podríamos encontrar en el camino.

—No estamos tan lejos de la autopista, y no olvidé el camino. —le aclaro impulsando la motocicleta a mi paso.

—No, claro que no.

—Te dije que no.

—No he dicho lo contrario. —Susurra con diversión. —Pero no me sorprendería llegar a Canadá.

—Eres muy mala para los chistes, ¿te lo habían dicho?

—Y tú muy mala con... la visión. —E inmediatamente culmina de hablar choco con un arbusto y suelto un jadeo por el impacto. —Perdón, tampoco lo ví a tiempo.

Suspiro retomando el camino, pero esta vez más atenta.

—¿Por qué no te había visto antes en el instituto? —Me pregunta Billie tomándome por sorpresa.

—No lo sé.

—A tus amigas sí las conozco.

—Felicitaciones.

—No seas estúpida. —Gruñe algo irritada. —Retiro lo dicho antes, debí quedarme sin saber de ti.

—Oh no, espera... —Digo jadeante deteniendo el andar repentinamente.

—¿Qué pasa? —Pregunta asustada.

—He perdido una pierna por ello. —bromeo entre carcajadas retomando el paso. Billie me golpea el hombro con el casco de la moto y se queda en silencio. —Yo sí te había visto a ti.

La veo de reojo y gira la cabeza en mi dirección con una sonrisa.

—Perdón por lo que te dije sobre tus amigas, solo quería molestarte y también lo que te dije después. —se disculpa dejándome algo sorprendida. —Tómalo, si te lo estoy diciendo es porque realmente creo que moriremos aquí.

—También prefiero que no hayas sabido de mí. —Bromeo sacándole una pequeña carcajada. Las luces de los faroles alumbra un poco el lugar dándonos la bienvenida a la autopista. —¿ves? Te he traído al asfalto.

—¿Y la gasolinera?

—Es una buena pregunta. —comento finalmente saliendo de los arbustos. Miro a los lados dando con un letrero con luces, parece que indica algo.