Dancing With The Devil

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Cuando Luka despertó no sabía dónde estaba. Lo único que sabía, lo único de lo que estaba seguro, era que estaba sentado en una silla de la que, por instinto, intentó levantarse. En ese momento fue cuando se dio cuenta de que estaba atado de pies y manos. Luchó contra sus ataduras, intentando recordar cómo tenía que liberarse a través del miedo que le comprimía el pecho. Pero su lucha no sirvió para nada.

Lo último que recordaba era haberse ido de escapada nocturna con Shadow, su mejor amigo sin nombre. Él había parecido preocupado, pero cuando llegaron a su lugar 'secreto' y quiso preguntarle...

"Veo que estás despierto, príncipe. Sentimos mucho si esa silla no es de su agrado o comodidad, alteza, pero es lo mejor que va a obtener."

Luka levantó la mirada, intentado adaptarse a la oscuridad de la celda en la que estaba para encontrar a la persona que había hablado. Acabó encontrando a Sara delante de él y a su derecha, apoyada en la pared de piedra y pasándose tranquilamente un pequeño cuchillo de una mano a otra.

"Suéltame." Luka intentó que en su voz solo hubiera ira y que no se le notara el temblor del miedo. Luka no sabía si lo había conseguido porque Sara empezó a reírse. Sin embargo, Sara se reía por razones distintas. No todos los días veía a un prisionero que pedía lo que quería como si fuera el dueño del lugar, era refrescante.

"No voy a hacerlo, pero como no me caes tan mal te voy a decir exactamente qué vamos a hacerte. Necesito probar ciertas cosas antes de dárselas a mi mejor arma, así que serás mi conejillo de indias. Si tienes suerte y sobrevives mandaré que él mismo te mate, ¿qué te parece eso?" Luka evitó por poco temblar de miedo, pero consiguió alejarlo completamente de sus rasgos.

Lo peor que podía hacer en esta situación era mostrar lo aterrado que estaba, así que, en su lugar, miró con enfado a Sara. Su sonrisa se disolvió como la carne al echarle ácido, dándole un aspecto por encima del enfado. "Muy bien. Si no quieres hablar, te haré gritar."

Mientras le torturaban en lo único en lo que Luka podía pensar era que nunca volvería a confiar ciegamente en nadie. Aunque, si era sincero consigo mismo, una parte de él seguía esperando a que Shadow apareciera por la puerta y le salvara... algo que nunca pasó.

Lo que él no sabía era que, en otra zona de la fortaleza, Shadow estaba acurrucado en el alféizar de la ventana de la torre más alta, llorando por primera vez en años mientras escuchaba los gritos de dolor de Luka, prometiéndose a sí mismo que no volvería a intentar salvar a nadie... solo servía para entristecerse más cuando su inutilidad le hacía fallar.

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Seguimos a Alison a una habitación que conectaba con el salón (no, no puedo ser más específico. Todo conecta con el salón, no es culpa mía) que tenía cosas de oficina, como si ese fuera su lugar de trabajo. Nos hizo un gesto para que paráramos nada más entramos por la puerta y ella se acercó a su portátil, mirando atentamente la pantalla.

Después de unos minutos yo ya me estaba poniendo nervioso, cambiando mi peso de un pie a otro. "Eh... ¿Alison? ¿no debería ser yo el primero en verlo? Ya sabes, porque es para saber quién soy yo..."

Luka estaba a mi lado, con los brazos cruzados, como si el mero hecho de que yo estuviera en la misma habitación que él le molestara. "Yo tampoco lo estoy viendo, listillo."

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