"¿Puedes repetirme qué es lo que se supone que es esto?" Cogí una cucharada de lo que me había dado, le di la vuelta y, al ver que no seguía las leyes de la gravedad, volví a mirarla aún más sorprendido.
"Tu desayuno."
Hice un pequeño ruido exasperado y cuando ella no habló decidí darle una respuesta más directa. "Alison, eso no me ayuda en nada y, siento mucho decirlo, pero-"
Me interrumpió antes de que pudiera acabar. "No acabes esa frase si vas a mentir." Rodé los ojos. Si tenía que comerme esto, fuera lo que fuera, tenía derecho a quejarme todo lo que quisiera.
"Muy bien, no siento en absoluto lo que voy a decirte. Esto no parece comestible y si fueras cualquier otra persona pensaría que estás intentando envenenarme."
Alison únicamente me miró sin impresionar, usando una voz plana. "¿Quién podría de aquí ser la reina del drama?" Y, justo después, como si eso fuera una respuesta completamente válida, siguió comiendo su plato que tenía la misma cosa que yo. Luka seguía en la misma posición en la que estaba cuando yo había entrado y no había dicho ni una sola palabra. Y tampoco parecía que fuera a hacerlo pronto.
"Ja. Ja. Ja. Me parto. Solo una preguntita más, ¿qué le has echado a los... ¿cereales? Es por si tengo alergia o-" "¿¡Quieres comértela de una maldita vez!?"
Subí las manos en señal de rendición, intentando que no se notara mi tensión por el grito. Cuando la conocí de pequeña ya tenía un gran carácter, pero no creía que tuviera tan mal humor o que saltara tan rápido. Cogí una cucharada de lo que fuera aquello... e intenté no tener arcadas al metérmelo en la boca.
<<OH. DIOSES. NUESTROS. Esto es delicioso. Amo a esta mujer. Amo su comida. Quedémonos con ella para siempre. Esto es el paraíso, si eso existe para nosotros.>>
"Está... sorprendentemente bueno. ¿Qué es exactamente?" Realmente ahora solo lo preguntaba por curiosidad y por Daemon (para que se callara, más bien).
Sin embargo, su respuesta solo volvió a traerme preocupación y algo de miedo. "Mejor que no lo sepas o no seguirías comiendo. Y, por lo que he oído, necesitas recuperar fuerzas." Se quedó unos segundos en silencio. No sé exactamente qué estaba haciendo porque yo había vuelto a mirar mi desayuno intentando dilucidar qué era mientras Daemon me gritaba que siguiera comiendo.
"Por cierto Luka, me debes dinero, otra vez." Luka hizo una especie de gruñido pero le tendió unos billetes. Yo fruncí el ceño, ¿de qué seguían apostando sobre mi?
"¿Por qué te debe, y te debía, dinero?" Alison me dio una sonrisa de lado, mientras Luka bufaba, antes de responderme. "Porque mientras dormías hicimos dos apuestas. Una era que tú eras la persona que me había salvado. Y la otra era que te hicieron lo mismo que a nosotros."
Una sensación fría se extendió por mí pecho. Ellos no lo sabían, claro. Nunca se lo había dicho a nadie. "En realidad... no fue lo mismo."
Alison ladeó la cabeza, silenciosamente esperando porque continuara, y Luka pareció prestar atención, aunque no dio ninguna muestra clara de ello. Suspiré internamente, preparándome para soltarlo todo.
"A ti, Alison, te pusieron sangre de ángel y esencia de demonio, si no me equivoco. Así, supuestamente, ambos se compensan. Aunque el demonio tiene un poco más de fuerza. Luka, al ser el primero, fue una especie de conejillo de indias. Le pusieron sangre de ángel y de demonio, pero con el tiempo la de ángel acabará con la demoníaca y solo quedará esa."
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Oxygen
Rastgele¿Felicidad o familia? ¿Amistad o lealtad? ¿Libertad o compañía? ¿Amor u odio? ¿Escogerías lo más sencillo o lo correcto, lo que debes o lo que quieres hacer... la vida o la muerte?