Amor... ¿Que es el amor? Es la pregunta que siempre se hacia. Caminaba todos los días por la calle y al ver la gente sonreír le era inevitable pensar en esa curiosa y pequeña pregunta, ¿algún día lo sentiría? ¿o ya estaba ahí y no lo sabía? Solo eran preguntas al aire que nadie en ese momento respondería.
Vacío... Así se sentía, después de cada día que pasaba sin una respuesta a sus preguntas. Le hablaban de la felicidad y de lo bonito que era amar, sentir que con solo su presencia te protegía de la crueldad del mundo, que con un abrazo te sintieras completo y que con su sonrisa era todo lo que necesitabas para vivir, pero en realidad no comprendía para nada ese sentimiento por mas que se lo describieran.
Solo... Así pensaba que se encontraba, no encontraba sentido a ese sentimiento que lo inundaba, que lo ahogaba y que lo dejaba sin aliento todas las noches y mañanas, por que a pesar de que muchos lo rodeaban era como si no tuviera nada.
Miedo... Era lo que sentía cada vez que llegaba aun lugar nuevo, no quería seguir sintiendo ese vacío que le dejaba cada vez que alguien le hablaba por unos minutos y después lo criticaban por su peculiar forma de ser.
Tranquilo... Así se sentía después de acostumbrarse a la soledad, de crear su propio muro que lo protegía de todo mal y con una pequeña sonrisa lo sabía disimular y así nadie notaría aquél barranco de soledad que lo rodeaba.
Incómodo... Así se sintió cuando alguien se le acerco sin ninguna razón o explicación, fue como si alguien quisiera tumbar su muro y adentrarse a su pequeño mundo sin su permiso.
Impresión... Fue lo que sintió cuando esa persona después de tanto tiempo le pidió ser su amigo, con su cabeza gacha y jugando con sus dedos por los nervios.
Felicidad... Así se sintió cuando esa persona se preocupaba todo los días por su bienestar, por compartir sus tarde aunque se encontrará ocupado y sacará espació inexistente en su pesada agenda.
Roto... Así se sintió esa persona cuando el dejo el mundo y no por un capricho, si no porque el mundo aveces se llevaba a gente que no se merecía ir, agente con un corazón tan grande que sonreí aunque tuviera mil espadas que lo apuñalaban.
Paz... Eso fue lo que sintió aquella persona después de leer una carta donde le hablaba de su peculiar enfermedad y que nunca fue dada por su emisor si no por su familia que la encontró días después de su partida. Una carta corta pero muy expresiva en el que le agradecía por todos aquellas cosas que vivieron y sobretodo por enseñarle que era el verdadero amor y no como una pareja romántica porque no todos los sentimientos de amor son iguales pero eso no quita el echó de que sea amor, porqué su amor no era de novios o alguna clase de amantes, era de ése tipo en el que su amistad lo era todo y no necesitaban de nada porque era un amor de verdad... Era amor de amigos.