Los recuerdos inundaban su mente en ese momento llevándolo de la alegría a la nostalgia, recordar era difícil y nadie lo culparía porque quien diría que en un momento estas y en el otro ya no más, sus ojos se oscurecían y se tornaban de un color carmesí, pero nadie lo juzgaría porque hasta el más fuerte y valiente ha llorado por lo menos una vez en su vida, quién lo diría que ese simple día por la mañana se enteraría de aquella desgracia, quién pensaría que la última vez que se vieron de verdad era la última y que además aquel día, ni una pequeña despedida tuvieron. Quién sé lo imaginaria que ahora se encontrara sentado debajo de un árbol, soló porque así era como quería estar en ese momento, muchos dices que con el tiempo se olvida eso se lo había comentado a él, pero mentira eso no pasaría lo superaría era verdad, pero nunca lo olvidaría y solo se quedó ahí recordando esa sonrisa que siempre tenía, ese estilo tan raro que solo le quedaba a él, y todos esos talentos que lo caracterizarán, y con un doloroso nudo en la garganta dijo "ADIÓS" una simple palabra que nunca llegaría a su remitente, se levantó con la ayuda de ese hermoso árbol que se encontraba apartado de los demás en un pequeño valle, miro el árbol una vez más para después agacharse y dejar tres flores, una roja en forma de disculpa por no haberse despedido aquella última vez, una negra para agradecer aquellos grandiosos momentos que vivieron y una azul rey en honor a su amistad que fue digna y duradera, se levantó nuevamente y se secó las lágrimas que aún no paraban de frotar y se alejó de aquel árbol dejando aquellas tres flores que representaban mucho para él y para ese majestuoso ser, que nunca volvería a ver.
