Los próximos días, Hyesook notó a Mark bastante nervioso, nunca lo había visto así, pero la hacía mantenerse en guardia por cualquier cosa que tuviera planeado. Le había escuchado decir que en unas semanas se mudaría al extranjero y sus preparativos solo incluían a una persona, eso significaba que ella pronto sería desechada y olvidada. Tenía que idear algo antes de que eso sucediera.
Era verdad, ya había sido bastante tiempo el que llevaba con Hyesook, a estas alturas ya no le atraía, no le entretenía y había sacado todo lo que pudo de ella cuanto quiso. Era momento de deshacerse de ella. Además, luego de lo que sucedió con Jinyoung, ya no le quedaban muchos motivos para quedarse. Pronto comenzarían a sospechar y no se arriesgaría a que lo descubrieran, así que lo mejor era salir del país después de matar a la chica.
Toda la mañana la tuvo ocupada yendo a visitar la galería de Ahn y hablando con algunos coleccionistas con los que cerró buenos tratos. Teniendo en mente que esa misma tarde se desharía de la chica y prepararía sus pertenencias para irse cuanto antes.
Hyesook aprovechó la ausencia del rubio para salir al jardín y poner en práctica lo que había pensado; si lograba cavar lo suficiente para traspasar el muro por debajo, sería más fácil huir sin ser vista. Tomó una pesada pala del cobertizo y sin demorar más comenzó a cavar. No le tomó mucho tiempo hasta que la pala dió con algo sólido, muy extrañada dejó de lado la herramienta y siguió la labor con sus manos. Poco a poco fue retirando la tierra hasta que identificó lo que era.
Con un grito ahogado se echó para atrás y cubrió su boca por la impresión. Pudo reconocer el rostro del hombre que estuvo aquella tarde, Mark lo llamó Jinyoung y recordó también la ocasión en que lo encontró en la carretera. Lamentaba que terminara así, Mark era un verdadero monstruo si fue capaz de hacer aquello a un amigo.
Antes de que se hiciera más tarde, Hyesook rechazó su idea teniendo encontrar más sorpresas, dejó todo como estaba y para cuando volvió al interior de la casa, ya tenía una nueva idea en mente: Una explosión en la cocina sería una buena distracción para tomarlo por sorpresa, solo que está vez no retrocedería por miedo, su tormento terminaría ahora o nunca.
Cuando Mark llegó a casa, encontró a su pobre prisionera buscar en la cocina como si fuera un ratón, ella al verlo se puso rígida y lo miró atentamente con los ojos inyectados en sangre por la falta de sueño, alimento y buenas condiciones. Mark sonrió malicioso al verla y sin querer demorar más en sus sádicas intenciones la llevó a jalones del brazo y se dirigió a su estudio, lugar que conducía al sótano.
Hyesook al percatarse de su lugar de destino comenzó a forcejear, se negaba a dejar que ahí terminara todo para ella. Tenía que salir y retomar su vida, olvidarse de todo y ser feliz. Era poco probable que eso pasara pero se aferraba a esa mínima esperanza.
—Mientras más te resistas, más tortuoso será —advirtió Mark ya molesto.
—Mark, te lo suplico. Déjame ir y prometo que no diré nada, me alejaré lo más que pueda y esto quedará en el olvido —se atrevió a decir desde lo más profundo de su ser.
Esperaba que eso lo lograra convencer. Estando en esa posición veía bastante difícil poder arreglarselas para dejar a Mark fuera de combate y huir, como ya lo había planeado. Pero Mark no cedería de ninguna manera.
—Quisiera confiar en ti cariño, pero yo no creo en las promesas.
Llegando al oscuro lugar, Mark se preparó para atarla a la mesa, sacó sus instrumentos y los colocó sobre ésta. Estuvo apunto de colocarla a ella en posición cuando un fuerte estruendo los tomó por sorpresa. Algo en la cocina había estallado en llamas gracias a la chica que previamente dejó algo en el horno, y ellos no sabían que el fuego comenzaba a expandirse allá arriba.
Hyesook aprovechó para lanzarse sobre Mark y tratar de herirlo con sus propias manos. Parecía haber funcionado, él se tambaleó y terminó tirando sus cuchillos, navajas y bisturís al suelo tratando de no caer. La chica se aferró a tirar de su cabello y arañarle a la cara. Ambos en un forcejeo que no podría terminar bien.
Hyesook estaba decidida a terminar cuanto antes y Mark, sintiendo gracia por el mediocre intento de la chica, se las arregló para hacerla caer al suelo, justo donde se hallaban los cuchillos y navajas que previamente tiró. Hyesook bramó de dolor al sentir las múltiples heridas en su cuerpo, trató de levantarse pero una patada en su espalda le hizo retorcerse.
La gran mano de Mark la obligó a ponerse boca arriba mientras se montó en ella y le tomó con fuerza del mentón.
—No más juegos Hyesook. Aquí termina todo —tomó un fino bisturí y lo pasó por el contorno de su rostro haciéndola gritar—. Es una lastima que fuera así, pero al fin verás a tu noviec...
Las palabras de Mark perdieron el aliento en cuestión de segundos. La mano que sostenía el bisturí perdió fuerza y terminó soltando el objeto. El cuerpo de Mark se tensó al bajar la mirada y ver qué Hyesook sostenía el mango de un cuchillo hundido en su abdomen. Volvió la vista a ella y soltó un jadeo.
—Si alguien tiene que morir hoy, serás tú —masculló la chica entre dientes—. Maldito hijo de perra.
El cuerpo de Mark cayó a un lado de ella y se dobló con un ronco gemido.
Hyesook se puso de pie luchando con terribles mareos y dolor por todas las heridas que su cuerpo tenía, sumándole el mal estado en el que se encontraba. Mark pudo tomarla de su pie antes de que lograra irse pero ella alcanzó la caja musical que aún estaba en la mesa y no dudo en golpearle la cabeza con ella un par de veces hasta que el pesado objeto se partió en partes. La sangre comenzaba a brotar de la frente de Mark, él perdió toda fuerza y terminó inconsciente en el suelo. Hyesook lo dió por muerto, ahora le tocaba salir de ahí y buscar ayuda.
Corrió a la puerta pero vió que estaba bloqueada por un librero que estaba afuera, intentó con todas sus fuerzas empujarlo pero apenas pudo moverlo un par de centímetros y una pesada nube de humo le golpeó en la cara.
No recordaba la explosión del horno, pero aquello había ocasionado un incendio que casi alcanzaba el estudio, y una vez llegando allí, sería imposible salir con vida.
Segunda parte en unos momentos: disfruten el final.
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Lullaby |Mark Tuan|
FanficPara Mark Tuan es fácil conseguir que las mujeres caigan a sus pies para luego hacer de ellas un terror. Jung Hyesook no parece ser diferente a las demás, pero lo es. Cuando ella se ve envuelta en las garras de este hombre descubre que puede vivir e...