El Valle

Día 2 (Parte 1)

Era medianoche y todos los chicos se encontraban durmiendo, bueno, todos menos uno: Willy, el cuál miraba a las estrellas con mirada preocupada. Ya sentía su cuerpo más débil de lo normal, ya que había decidido tomarse sus pastillas cada 12 horas en vez de cada 8.

Milagrosamente una caja de su medicina había sobrevivido, siendo esto por que la había guardado en su bolsillo en vez de en su bolsa. Tendría suficientes pastillas para doce días, pero luego... No podría hacer nada.

Guillermo sabía que no podía retrasar más las pastillas, ya retrasándolas 4 horas se sentía débil, no quería ni imaginarse como se sentiría cuando dejara de tomarlas.

Ahora el albino tenía que esperar despierto hasta las 1:30 de la noche para tomársela, ya que si se quedaba dormido y esperaba hasta la mañana siguiente, estaría demasiado débil para hacer cualquier cosa.

En ese momento el albino oyó un ruido detrás suyo, levantándose este con esfuerzo y mirando a su alrededor en busca de alguna amenaza.

-¿Quién anda ahí?- preguntó el de ojos verdes tratando de sonar amenazante, temblando su voz debido a su debilidad.

De entre las sombras salió una figura humana, la cual al acercarse más al de boina verde, pudo ser distinguida por este, dándose cuenta de quien se trataba.

-Luzu, menos mal que despertaste, llevas inconsciente más de 12 horas o algo así.

El chico de ojos azules abrió la boca para decir algo, pero, no salió ningún sonido de esta, preocupándose ambos chicos por este hecho.

-Tranquilo, seguramente sea algo temporal- dijo Guillermo mientras que se sentaba con cansancio, tratando de recuperar el aire - Debe ser por el corte que te hiciste en-en la garganta.

La voz de Willy se rompió un poco en la última frase, ya que este había empezado a temblar por culpa de su enfermedad. Luzu se acercó al albino, sentándose a su lado y abrazándolo con cuidado, haciendo pequeños círculos en su espalda con una mano a la par que acariciaba sus cabellos platinados con la otra.

El de ojos azules se separó un poco, haciendo un par de cosas con la mano, dando al de ojos esmeraldas a entender que le estaba diciendo que se tomara su pastilla.

-Es que, ya no me quedan muchas y las estoy retrasando un po-poco para que me duren más dí-días.

"¿Para qué? Si vendrán a por nosotros pronto, ¿verdad?" pensó Borja, tratando de explicarle sus pensamientos al de ojos verdes, entendiéndole este tras unos minutos.

-No-No lo sé... Por si a-acaso.

El de capucha volvió a abrazarle, apoyando este todo su peso sobre Luzu, cada vez más le costaba mantenerse sentado, solo tener que hablar lo había debilitado en demasía.

"No te preocupes Willfred, yo te cuidaré, pasé lo que pasé"

(...)

Eran las cuatro de la mañana y Willy y Luzu ya se habían dormido, habiéndose quedado despiertos hasta la hora donde el albino se tomó la medicina. Todos dormían tranquilamente, aunque no por mucho tiempo, ya que un guepardo se acercaba poco a poco al grupo, siendo atraído en primer lugar por el olor de la sangre de Alexby.

El animal empezó a gruñir, acercándose lentamente al de ojos azul marino, pero, como si fuese cosa del destino, este empezó a abrir los ojos con lentitud, mirando un poco desorientado a su alrededor, aún acostado, por lo que no podía ver como ahora se encontraba sin sus dos extremidades inferiores.

-¿Fra-Frank? ¿Eres tú?- preguntó el de pelo negro al oír los pasos del felino que lo acechaba- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos? Venga, Frank, no me hace gracia, contéstame cariño.