Capítulo 1: Una nueva amenaza

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Fullmetal Alchemist no me pertenece.

Atención: Yaoi. (hombre x hombre) (pareja gay) Si no te gusta, no lo leas.


Importante: vi que hay una historia muy parecida a la mía en el tema de contexto, casi tan parecida que me da risa que esa persona no tenga originalidad. Para que sepan, si la encuentran, yo la escribí antes y jamás me copiaría de una, antes prefiero dejar de escribir.

Gracias por leer.


Capítulo 1: Una nueva amenaza.


Roy Mustang observó a cada uno de los oficiales en la sala, tomándose su tiempo y dedicándoles miradas profundas que hacían incomodarse a más de uno en la sala. Era una de sus especialidades, inquietarlos con solo su mirada. No era que necesitara presionarlos o intentar mostrarse con más autoridad, ya que era el Führer; el hombre más importante del país. Pero lo que habían sugerido hacía instantes era descabellado, porque sabía que eso no pasaría.

Estaban en una crisis de países. Drachma, el país del norte, quería invadirlos como siempre, pero esta vez tenían un gran armamento y eso inquietaba a cada oficial de alto rango de Central. Era por eso mismo que habían armado esta reunión, la cual había casi terminado en una sutil sugerencia: llamar al alquimista de acero.

Edward Elric, quien ya no era alquimista porque había perdido su alquimia, estaba quién sabía dónde haciendo quién sabía qué. Solo pocos sabían que ya no tenía alquimia y ese era el problema; muchos habían estado de acuerdo en que su presencia ayudaría a controlar las masas de soldados como a los ciudadanos, además de usar su alquimia para armar armamentos, la cual ya no tenía. Edward era bastante famoso por salvar a Amestris y Roy entendía que sí Edward estaba ahí, todo saldría mejor, pero él no vendría y solo Roy tenía la culpa de eso.

Roy podía persuadirse de que Edward se había alejado de la ciudad, de la vida que llevaba ahí solo porque ya había acometido su meta: que era recuperar el cuerpo de su hermano, pero no era así. Edward se había ido porque Roy Mustang le había destrozado el corazón, y eso era decir poco.

Su romance clandestino, tan apasionado que tuvieron por años, había terminado. Roy en un principio nunca creyó que se enamoraría, que podría encontrar una persona con la cual compartir todo y que su deseo de salir con muchas mujeres se extinguiría solo con ese muchacho de cabello dorado y ojos ámbar, que para Roy era como un ángel.

Estaba muy equivocado. Se había enamorado completamente de Edward Elric, rendido completamente a sus pies. Pero nada era fácil en esta vida.

Cuando entendió que tenía que elegir entre casarse para ser Führer —que siempre había sido su meta—, o seguir siendo un militar de rango alto y quedarse con Edward sin tener la obligación de casarse, terminó optando por lo que él creía que sería lo mejor para su país. Lo correcto. Sus subordinados, en especial Riza, esperaban lo mejor de él, Roy se los había prometido y no podía defraudarlos.

Algo de igual valor debe perderse, esa es la ley de la equivalencia de intercambio. Roy había ganado ser Führer, pero había perdido a Edward, a la única persona que le había hecho sentir fuego en sus venas y hecho acelerar el corazón, el único con quien realmente había hecho el amor.

Desde ese momento, cuando Roy eligió ser Führer, Edward desapareció y Roy se prometió no buscarlo, no saber nada de su muchacho rubio. No quería atormentarlo más de lo que había estado cuando Edward cuando terminó la relación, cuando se sacrificó por su país. Por eso mismo no tenía idea de lo que había sido de Edward por esos dos largos años.

El regreso del alquimista de acero (RoyEd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora