<<𝘛𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘯𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢, 𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘪𝘯𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢𝘴.>>
One shots basados en muchas canciones de mi serie favorita en el mundo...
<<Porque tomando tu mano, el mundo no parece tan terrible, mi corazón late con fuerza y mi imaginación se va sin rumbo fijo>>
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Gilbert siempre había sido un chico tímido. Apenas si decía "presente" cuando decían su nombre en la lista de la escuela. ¿Entablar conversaciones con otros? Ni hablar.
Entre los intereses más característicos de Gilbert Blythe era la biología pura, el funcionamiento del cuerpo humano y las ciencias experimentales. Habían pasado ya un par de meses desde que acordó con su maestra de confianza, y la que siempre apoyaba los proyectos de sus alumnos, Muriel Stacy, de invertir un par de días a la semana en sus proyectos de investigación en el laboratorio de química.
Como cada martes, Muriel le hacía una vista rápida a Gilbert para supervisar que todo estuviera en orden y para que el pudiera compartir sus avances de investigación. Solo que aquel Martes fue diferente.
-Muy bien Gilbert- admitió Muriel sorprendida- Si logras obtener un resultado concreto de esto, podrías presentar tu investigación ante el consejo y hacerla oficial. Ponerla en tu currículum. Solo debes trabajar en tus técnicas de redacción y ya está.
A Gilbert se le iluminaron los ojos. Una investigación exitosa se vería muy bien en su solicitud a la universidad, de eso no había duda. Tal vez hasta pueda conseguir una beca. Solo debía practicar la manera en que redactar su artículo y pan comido.
-Muchas Gracias señorita Stacy- dijo Gilbert con la emoción a flor de luz. Muriel estaba a punto de responder cuando la puerta del laboratorio fue abierta de golpe dejando ver a una furiosa pelirroja caminar a ellos con paso firme .
-Señorita Stacy, pasó de nuevo- dijo aquella chica pelirroja.
-¿En serio?- dijo Muriel suspirando con pesadez y ella asintió.
-Necesitó que hable con ellos, no pueden seguir prohibiéndonos la publicación de artículos sumamente importantes para...- comenzó ella pero Gilbert ya no estaba escuchando. Fue como si lo metieran de pronto 100 metros bajo el agua, el sonido se hizo sordo y solo podía escuchar los latidos de su acelerado corazón.
Solo podía fijarse en aquella chica y sus bonitos ojos azules. Electrizantes. Vivos.
¿Alguna vez había visto un cabello así? No lo creo. Era como si fuera fuego, justo como el fuego que comenzó a encenderse en su interior.
La veía hablar con una energía inigualable. Era una dicha a su vista sin dudar. Nunca se había sentido de esa manera, pero le gustó.
Volvió a la realidad cuando Miss Stacy lo llamo- Gilbert, ¿no te importa que me retire?. Debo arreglar esto- el negó con efusividad y sintió su corazón explotar porque vio como la chica pelirroja por fin había notado su presencia- Bien, yo me encargo de todo, ¿si?. Mañana podrás continuar de ser posible- dijo Muriel dirigiéndose a la chica y ella asintió dándole las gracias.
