The one that go away

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<<Porque debemos aferrarnos a lo que amamos, si no, ¿qué nos queda?>>

En algún lugar de la Isla Prince Edward, dos hombre bien parecidos reían y chocaban sus copas  como parte de cerrar un gran trato que les traería un gran beneficio económico a cambio de jugar con la vida de uno de sus hijos

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En algún lugar de la Isla Prince Edward, dos hombre bien parecidos reían y chocaban sus copas como parte de cerrar un gran trato que les traería un gran beneficio económico a cambio de jugar con la vida de uno de sus hijos.

William Barry despedía al señor Andrews de su casa aquella noche, esperando que al cerrarse su trato, pudiera recuperarse de la mala racha económica que ambos tenían en aquel momento. Subió con cuidado a la habitación de su hija mayor encontrándose con que esta tenía el seguro puesto, pero para él la privacidad de la joven pareció pasar a segundo plano cuando tenía una noticia de, según él, de suma importancia que revelar. Tal fue su sorpresa al ver que aquel bulto en la cama no era Diana, si no un montón de almohadas.

[...]

Tres toques bastaron en la ventana de Diana Barry para saber que debía irse. Se aseguro de cerrar bien su habitación para que nadie entrara y dejo una muda de almohadas bajo sus finas sabanas para simular que estaba dormida, solo por si las dudas.

Con cuidado abrió la ventana y lo vio ahí, escondido bajo el gran roble junto a su habitación. Bajo con cuidado y se acerco a él, Jerry Baynard, con ese toque despreocupado que tanto le gustaba a la chica, se encontraba abajo esperándola.

-Ven, tenemos que irnos antes de que nos vean- mencionó ella llegando a su lado pero con una sonrisa. Él en cambio, la tomo de la cintura y le dio un casto beso en los labios que por supuesto, la pelinegra no refuto.

-Te extrañé, princesa- menciono el y comenzaron a correr por el jardín de los Barry con sigilo hasta llegar al auto del chico. Se subieron entre risas con la adrenalina corriéndoles por las venas y arrancaron a toda velocidad hacia donde la noche los llevara.

Les gustaba ir al acantilado y ver las estrellas tumbados en el suelo mientras tomaban un poco de licor barato de manzana que Jerry solía tomar del mini bar de su padre, escuchaban Radiohead juntos a todo volumen como si no hubiera un mañana y compartían sus sueños y pensamientos mas profundos hasta que fuera la hora de volver. Y es que para los jóvenes amantes un mañana no era seguro en realidad, su amorío a escondidas podría terminar en cualquier segundo si alguien que no fuera de confianza los descubriera, en especial William Barry, quien al parecer ya tenía planes para su querida hija mayor.

[...]

- ¿Que quieres hacer hoy?- pregunto Jerry a la chica mientras viajaban en la carretera- Es una fecha especial princesa. En unos días será tu cumpleaños y aunque se que no podemos vernos por tu padre, quiero que lo pases genial- confeso viéndola de lado.-Podríamos ir a cenar a ese lugar del centro que te gusta, o decirle a Anne y Gilbert que se nos unan y armarte una fiesta en la playa.

-En realidad, quiero hacer algo arriesgado. Un recuerdo de esta noche, algo que me llene de vida- confeso la chica con una sonrisa- Gira a la derecha, yo te guió.

𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 || 𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒂𝒏 𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora