<<𝘛𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘯𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘯𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘢𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢, 𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘪𝘯𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢𝘴.>>
One shots basados en muchas canciones de mi serie favorita en el mundo...
<< Porque tal vez , nuestra definición de "para siempre" no era la misma>>
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Actualidad
Giro el volante con precaución de mirar antes a ambos lados y doy vuelta en la esquina de una calle conocida.
Los recuerdos me abruman mientras estacione el coche de tia Marilla cerca de la acera y me tomo un momento para respirar. Las lagrimas me inundan los ojos y el calor me sube por la garganta. Las risas, las miradas, los autos blancos parecen gritarme su nombre en el rostro y solo puedo llorar y pensar en lo que hice mal.
Pienso en la chica rubia del café en el que antes solía trabajar, la chica rubia mayor que estudiaba medicina, cosa que a el tanto le apasionaba. Pienso en su click instantáneo y en lo felices que son ahora. Pienso en lo insegura que me sentía. Pienso en lo insegura que me siento.
Aun lo amo, pero lo nuestro se acabo aquel día. Dijiste para siempre y ahora vivo en soledad.
Un año atrás
Subo una vez mas a su auto huyendo del frío invernal. La calefacción y el aromatizante olor a manzana canela me reciben con los brazos abiertos y con mayor entusiasmo que el chico en el volante. Ignoro su mirada de pesadez y burla hacia mi ridículo gorro de panda y me hundo en el asiento lo mas que puedo para ganar algo de calor.
-Creo que deberías conseguir tu licencia Anne- dijo él una vez que puso en marcha el auto - Sabes que no tengo problema en recogerte per estamos a -10 grados y solo vengo a la escuela porque necesitabas que te llevaran.
-Ni de broma- le digo con molestia- ¿Y arriesgarme a atropellar ancianitas?, no gracias- replique una vez que me quite la bufanda del rostro- Ademas no seas llorón Gilbert, ¿vives en Canada y no aguantas el frío?.
- Solo digo que tu también podrías conducir - dice y después agrega con una sonrisa maliciosa- Podrías comprar un auto naranja para ser una zanahoria al volante.
Hago un gesto de indignación notable ante el hecho de que haya dicho tal burla hacia mi cabello y me giro molesta para ver en la ventana.
[...]
-Veo veo, un auto blanco, ¿quieres ayudarme con la cuenta?- dijo al cabo de un rato de silencio mientras me estiraba una de sus manos y la otra la mantenía en el volante.
Sabía lo que estaba intentando hacer. Para la gente de Avonlea un auto blanco era casi de tan mala suerte como la superstición de los gatos negros, o pasar debajo de una escalera, por lo que no había muchos en el pueblo. Desde que tengo memoria, Gilbert y yo hemos contado los autos blancos y nos dedicábamos a ponerle nombre e inventarle una historia sus posibles dueños.
Suspiro mentalmente antes de sonreír y tomar su mano siguiéndole el juego. Él entrelaza nuestros dedos y mira al frente con na sonrisa- Veo veo, un auto blanco que le pertenece a Alfred. Alfred es un hombre mayor que vende cebollas en el centro, probablemente por eso va tan triste, su carro posiblemente apesta a cebolla y le lloran los ojos- digo con simpleza.
Gilbert se ríe sonoramente ante mi respuesta y toma nuestras manos entrelazadas para darles un beso. A mi se me derrite el corazón y pienso que es la risa mas linda que he oído. Somos los dos, él y yo , para siempre, hasta el final de esta vida y las que siguen.
