Shifters - Catradora AU

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Artista imagen multimedia: AllexiasArt (twitter)

Con el pasar del tiempo, la fiebre de Catra parecía aumentar. No era capaz de levantarse de la cama, y la brisa que llegaba desde la ventana abierta de su dormitorio le producía escalofríos. Estaba en un estado parecido a la somnolencia, no estaba segura si estaba despierta o soñando. Nunca se había resfriado o enfermado antes, por lo que tomó su teléfono, y le escribió a Adora un simple "ven".

Ya era la hora del almuerzo, cuando Adora sintió vibrar su teléfono. Se sorprendió al ver que era un mensaje de Catra. El dolor de cabeza aún no se iba, era tan incómodo que no pudo concentrarse en toda la mañana. Se despidió con rapidez de Bow y Glimmer, apenas excusándose, para salir disparada de la sala, sacarse la ropa con rapidez para guardarla en su mochila, y transformarse en loba. Corrió mucho más rápido de lo que lo haría en su forma humana, y podía llevar la mochila en su hocico.

Sabía que algo andaba mal, ese dolor de cabeza era una especie de aviso. Debía volver con Catra, debía estar con ella, su instinto se lo gritaba. Al llegar a la casa de la morena, volvió a su forma humana, se vistió y trepó hacia la ventana de donde venía el olor de Catra. La encontró en la cama, durmiendo, su frente brillaba por el sudor. Se arrodilló a su lado, tocando su rostro con preocupación, estaba ardiendo.

Se levantó para buscar el baño, necesitaba mojar alguna toalla, pero en ese momento Catra despertó.

—Adora... viniste...

—Sí, estoy aquí para ti. Dime dónde puedo encontrar toallas, estás ardiendo.

—Mmm... necesito un baño. Ayúdame a llegar al baño.

Adora la ayudó a incorporarse, Catra se sentía bastante mareada. Al ponerse de pie, se abrazó al cuello de la rubia. Su olor le hizo sentirse mejor instantáneamente.

—Catra —murmuró Adora, su cercanía le emocionaba, aspiró su aroma como si fuera una droga.

La morena buscó instintivamente la boca de la rubia, besándola con cierta desesperación. Adora sucumbió al fuego que despertaba Catra en su interior, abrazándola con fuerza, pegándose a ella con necesidad. Pero recordó que la morena no se sentía bien, así que se separó de ella con cierta dificultad.

Catra le indicó donde estaba el baño, y entró con Adora. Se sentía un poco más lúcida, no dejaba de pensar en que tal vez, resistirse al destino la había enfermado. Se desnudó frente a Adora, sin dejar de mirarla a los ojos. La rubia estaba hipnotizada por los movimientos de la morena, no podía quitarle la vista de encima. La observó atentamente meterse en la ducha.

—Ven conmigo —le ordenó Catra.

Adora se quitó la ropa lo más rápido que pudo para meterse a la ducha con ella. Catra echó a correr el agua fría, mientras atrapaba el rostro de la rubia para besarla intensamente. Adora no desaprovechó la oportunidad, y tocó como hacía tiempo anhelaba hacerlo a Catra. Sus pechos, su trasero, fueron blanco principal de sus manoseos.

—Tócame —susurró Catra en el oído de Adora.

La rubia acarició suavemente el sexo de la morena, para finalmente introducir un par de dedos, tal como esperaba, Catra estaba muy mojada. Comenzó a moverse lentamente, su interior cálido envolvía sus dedos, dejándole una sensación inexplicablemente exquisita. La morena comenzó a gemir, lo que aumentó la excitación de Adora, quien aumentó el ritmo. Catra apoyó un muslo en la entrepierna de la rubia, lo que hizo que Adora se frotara en él, al mismo ritmo en el que penetraba con sus dedos a la morena.

El agua corriendo entre sus cuerpos ardiendo hacía todo más resbaloso, y el sonido de las gotas al caer se entremezclaban con los gemidos de ambas. Catra poco a poco se iba sintiendo mejor, dejándose llevar por el placer que le provocaba el estar con Adora, sentir su humedad frotándose contra ella, y sus dedos en su interior, le estaba llevando lentamente al orgasmo. La rubia parecía naturalmente saber cómo tocarla, y eso le encendía aún más.