Capítulo 5

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Dejando escapar un suspiro cansado, Dinah Lance dejó la taza de café encima de la isla de la cocina, observando con sus ojos como una pequeña polilla se movía alrededor de la bombilla que iluminaba casi toda la cocina, dándose de golpes contra el cristal de la misma. Parecía estar hipnotizada por la luz y no parecía comprender que podía moverse libremente por cualquier otro lado de aquella casa. Incluso podía escapar del lugar y volar por el frío cielo nocturno y perderse entre las estrellas si era necesario.

La semana había sido dura y el café delante de ella lo demostraba.

Como instructora de el Equipo, había tenido que estar al pendiente de todos ellos constantemente, quedándose a dormir dentro de las instalaciones del Monte Justicia cuando se quedaba más del tiempo establecido, siendo una sustituta de Red Tornado como niñera de los adolescentes.

Eso para alguien como ella no era un problema. También cuidó de su hermana varias veces cuando su padre estaba en el trabajo y era algo simple. Mantener el ojo en unos adolescentes, era lo más fácil que podía haber para ella.

Pero claramente, estos no eran simples adolescentes.

Mientras que Robin y Wally volvían a sus hogares a pasar la noche, de los otros cuatro que se quedaban en la base, dos eran clones del ser más fuerte en la Tierra y una de ellos era perteneciente a una raza de Marte, siendo esta su primera visita al planeta Tierra y careciendo así del conocimiento necesario sobre las costumbres terrestres por el momento.

El último de ellos solamente era un atlante, por lo que lidiar con Kaldur no era problema para ella. El chico había sido entrenado por el mismo rey de Atlantis, aquel que representaba a los mares dentro de la Liga de la Justicia: Aquaman. También, al contrario que sus otros tres compañeros, él fue entrenado con disciplina propia de un soldado atlante, por lo que mantenerse en calma y con la mente centrada y sin causar problemas, era algo que Kaldur podría hacer sin problema.

Eran los otros tres quienes más la preocuban. Si bien Megan era calmada y no causaba problemas, tanto Conner como Naruto eran los que más la preocuban y quienes más exigían de ella.

Conner había estado intratable durante las sesiones de entrenamientos, siempre exigiéndose más y mostrando que nada podía afectarle, como si intentara de algún modo demostrar que era como Superman. El clon parecía haber generado algún tipo de sentimiento hacia Superman y parecía necesitar de una figura paterna que lo ayudara a ver que él no era Superman, que era Superboy, alguien completamente distinto a Superman y que no necesitaba ser como él.

Por otro lado, Naruto se había ido integrando lentamente en el equipo, creando una extraña relación con el mismo Wally, quien parecía haberle cogido algo de cariño. Ver a esos dos en la misma sala, era como ver dos caras de una moneda. Mientras que Naruto siempre daba la impresión de ser callado y serio, Wally no paraba de hablar a la velocidad del rayo a un lado del clon, contándole las anécdotas más ridículas que ella podría haber escuchado. Y eso no parecía afectar al otro chico, quien solamente asentiría ante las palabras del velocista.

Aun así, Dinah no se dejaba engañar. De entre todos ellos, Naruto era el que más la preocupaba. Si bien el chico comenzó a integrarse debido a que ella lo presionó, eso podría causar un efecto negativo tanto en el equipo como en el mismo Naruto. El muchacho había sido creado y educado para ser el sustituto del mismo Superman, por lo que verse relegado a ser un subordinado más podría crear un conflicto dentro de la mente del Uzumaki que lo llevaría a algún tipo de estado caótico.

Y eso era lo que ella quería evitar.

Con la mente llena de trabajo, Dinah tomó la taza de café y la dirigió hacia sus labios, sorbiendo aquel tibio líquido lentamente mientras el sueño parecía ser aplacado por la cafeína de aquella bebida.

Naruto: El SuperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora