MOONDUST𖦹 [YiZhan]

10| F I N A L

Xiao Zhan se mojo el rostro con ambas manos. Se recargó en el lava manos y se observó al espejo de manera fija.

A decir verdad, no había podido dormir bien desde hacía mucho tiempo hasta unas noches atrás. Ese día en específico pudo soñar con él.

Después de tanto tiempo había podido verlo.

Yibo se encontraba sentado en una especie de salón, portaba un gran Hanfu blanco y su cabello que él recordaba corto estaba completamente Largo y recogido en una especie de peinado antiguo.

Tenía un guqin entre sus manos, lo tocaba con mucha facilidad y de él salía una melodía muy hermosa.

Xiao Zhan quizo acercarse, abrazarlo y decirle cuánto lo había extrañado. Sin embargo no podía hacerlo. Él era una especie de espectador, aunque Yibo ni siquiera había reparado en su presencia.

Zhan hubiera dado lo que fuera para que Yibo le dirigiese una sola mirada, pero eso nunca ocurrió, el tan solo verlo ya era un completo sueño.

Tomó la toalla que estaba a un costado y se secó el rostro. Había adelgazado un poco y las ojeras debajo de sus ojos delataban su gran falta de sueño.

Shang Bai muchas veces insistió en que necesitaba ir a un doctor, ya que al parecer incluso él creía que su estado era demasiado lamentable.

Salió del baño y caminó hasta su mesón donde descansaba el cuadro aquel que no había podido terminar desde hacía bastante tiempo.

Y finalmente hoy, después de soñar tanto y no poder darle un rostro, ahora ya sabía cual colocarle.

Comenzó a trazar en el lienzo con suma delicadeza las facciones en el recuadro.

Se centró demasiado en esa pintura. Y poco a poco esta comenzaba a tomar realmente forma.

Muchas veces observó la pintura sin saber porque no podía recordar el rostro de aquella persona con la que había estado soñando durante mucho tiempo. Cuando sus sueños comenzaron, sueño tras sueño su pintura iba tomando forma. Sin embargo nunca avanzó de ahí. Tenía todo excepto el rostro de esa persona.

Estaba terminada. La observó con demasiado orgullo y algo en su pecho se puso cálido. Hacía mucho tiempo que ya no había vuelto a pintar.

El rostro de Yibo tal cual lo había soñado esa misma noche fue la que él se encargó de plasmar en ese lienzo. Era el rostro de Yibo el que se encontraba allí. Tan sereno, tan perfecto como la memoria de Zhan lo recordaba.

Se había pasado casi el día completo pintando, por lo que una vez que se levantó, decidió que era momento de tomar una ducha.

Sus músculos dolían un poco, estaba agotado mentalmente. Estuvo un largo rato metido bajo la regadera por lo que no escucho cuando Shang Bai regresó.