ƉĦ₳Ɍ₳: Tierra
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Todos conocen la leyenda de Tarzán, el hombre criado por gorilas que volvió a Londres después de varios años.
Pero mayor es la leyenda de Dhara, el espíritu de la tierra (llamada así por todo...
❝JURE QUE CADA MANGANO ESTARÁ VIVO CUANDO ME VAYA CON USTED.❞
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Después de aquellas nuevas heridas, Dhara fue nuevamente puesta en su lugar para dormir.
A la mañana siguiente, muy de temprano, ella fue levantada. No había neblina, por lo que le fue fácil ver cómo habían llegado al hábitat de los hipopótamos. Aquellos animales completamente salvajes, que podían matar a un humano de una mordida. Pero a Dhara no le daban miedo, de hecho era amiga de Kavhrah.
Un bebé hipopótamo (que ahorita debía de ser un adulto) nombrado por ella.
Wasimbu compartió con ella una mirada, indicándole que el plan debía de hacerse en ese mismo momento o ya no habría tiempo después.
━━¿El señor Rom desea otra educada conversación? ━━dijo ella cuando la empujaron.
━━Gracias a él, a tí no te dieron servicio.
━━Que igualado. ¿A su madre así la tuteas?
━━Jura que no te quedarás aquí a pelear tu solo ━━dijo en su idioma nativo a Wasimbu
━━¡¡¡CIERRE LA BOCA!!! ━━le ordenó el hombre que ya se iba alejando de ella.
━━¿Reunirás a las tribus?
Después de que su amigo asintiera ella se sintió más aliviada. Aunque aún había nervios de lo que iba a hacer.
La jaula de Wasimbu fue dejada caer en el agua en un intento de ahogarlo, aunque él ya tenía todo planeado.
En su lugar la morena le dió un pisotón al primer hombre que vió, para luego dar un fuerte golpe con sus manos al otro que estaba ahí. Dejándolo inconsciente.
Ella saltó al agua rápidamente aún con las manos amarradas. Solo hizo uso de sus piernas para comenzar a nadar cerca de la orilla.
Al salir a superficie ya solo estaban a metros de la orilla. Dhara había logrado quitarse de una mano las esposas.
El peso del agua en su ropa le impedía caminar rápidamente por ahí. Haciendo peligroso cuando uno de los hipopótamos se acercó a ella rápidamente para atacarla.
Una lluvia de balas comenzó a caer cerca de ellos.
Aunque tan solo a centímetros de alcanzarla otro hipopótamo hizo acto de presencia, desviando la mandíbula del primero con un fuerte golpe de la suya.
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