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Acariciar mi abdomen, ya le sale automáticamente. Si estamos tumbados en el sofá o en la cama, su mano se meterá entre las telas de mi ropa para acariciar mi abdomen; le da completamente igual si estamos viendo una película y también están los chicos, su manita estará ahí. Al principio me sentía algo inseguro, no tengo el abdomen marcado como el y llegue a pensar que le dejaría de gustar por una tontería así, pero el se encargó de dejarme claro que no es así, que ama mi pancita y por eso la acaricia siempre. Amo esa manita traviesa.

los hábitos de FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora