Capitulo 3

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Ya era de noche cuando se encontraban todos afuera, celebrando nuestra llegada, los chicos habían prendido una gran fogata, todos gritaban y reían, y algunos hasta tocaban música.

Nos encontrábamos sentados, un poco apartados de todos, observando las puertas cerradas. Newt había llegado y se había sentado a mi lado, quedando yo en medio de ambos.

–Buen primer día novatos.–dijo girando la cabeza hacia nosotros.

Mi hermano solo asintió con la cabeza.

–Ten–Newt agarró un vaso con un liquido amarillo dentro y se lo entregó a mi hermano.–Para que te hagas hombrecito.

Mi hermano tomó el vaso y le dio un trago, al instante escupió todo, yo solo puse una mueca de asco mientras Newt reía.

–¿Qué me diste? ¿Qué es esto?–dijo aún tosiendo.

–Amm ni siquiera lo se, la receta es de Gally, es un secreto– Newt volteó a ver a un grupo de chicos que formaban un círculo, en el centro estaban dos personas peleando.

–Si pues es un idiota–dije.

–Hoy les salvó la vida–dijo Newt mirándome.

Al instante que dijo eso me arrepentí, aparte mi mirada de él mientras me sonrojaba, observando ahora a mi hermano.

–Créanme, el laberinto es un lugar peligroso.

Desde afuera se podían oír ruidos que provenían del laberinto.

–Estamos atrapados ¿verdad?–dijo mi hermano.

–Por el momento.
–Pero–Newt se giró hasta quedar frente mío y de mi hermano– ¿Ven a esos chicos?

Ambos nos giramos hasta ver a otro grupo de chicos.

–Son los corredores, el que está en medio– señaló a un chico de pelo negro y rasgos asiáticos.– Es Minho, es el encargado de los corredores. Todas las mañanas cuando se abren esas puertas recorren el laberinto, hacen mapas, lo memorizan, buscan la forma de salir.

–¿Cuanto llevan haciéndolo?–pregunte.

–Tres años–mi hermano y yo nos miramos sorprendidos.

–¿Y no han encontrado nada?–preguntó el.

–No es tan sencillo–dijo Newt volviéndose a girar hasta volver a ver las puertas.

–Escuchen– los tres guardamos silencio, volvía a escucharse ruidos en el laberinto.– ¿Oyen? Es el laberinto, alterándose, en las noches cambia.

–¿Y eso cómo es posible?–pregunte.

–Quienes nos pusieron aquí te lo dirán si algún día hablas con ellos. La verdad es que los corredores son los únicos que saben lo que realmente hay afuera, son los más fuertes y veloces de todos y eso es bueno porque si no vuelven antes de que las puertas se cierren, se quedan afuera toda la noche... no sobrevives una noche en el laberinto.

–¿Qué les pasa allá?–pregunta mi hermano.

–Los llamamos penitentes, claro que nadie a visto uno y vivido para contarlo, pero están afuera.

Volvimos a guardar silencio mientras observábamos las puertas, con todo lo que había dicho Newt mi terror por el laberinto simplemente aumentó, aunque la curiosidad también y parece que lo mismo sucedió con mi hermano, ya que tenía una mirada pensativa al igual que yo, no me gustaría quedarme encerrada en el laberinto de noche. Newt rompió el silencio.

–Si pues, suficientes preguntas por hoy, vengan se supone que son los invitados de honor– dijo mientras se levantaba, yo y mi hermano hicimos lo mismo.

Maze Runner: Correr o morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora