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Han-Jae se acercó a los integrantes del club de judo con una hielera con botellas de agua.

—Me enteré de que el equipo de basquetbol se había llevado toda el agua así que fui a comprarles un poco.

—¡Gracias, profesor Myung! —reverenciaron al mismo tiempo haciendo que se avergonzase por la atención.

—No es nada, agradézcanmelo ganando.

Su mirada se desvió al enorme chico sentado en la banca. Ho-Woon miraba con adoración hacia el lugar donde estaban los profesores. Específicamente miraba a Cheol-Soo que hablaba alegremente con Young-Soo y Ki-Jeong.

Sonriendo, Han-Jae se sentó a su lado mirando de vez en cuando a su novio. Lo vio cerrar los ojos como si estuviese meditando, después de unos segundos su rostro enrojeció y se cubrió las mejillas con las manos. Después le preguntaría que ocurrió.

—¿Todo bien con Cheol-Soo?

—Es incluso mejor de lo que me imaginaba. Me ayuda a estudiar para los exámenes, me trae comida hecha en casa y me sonríe de manera tan dulce que siento que es otro de mis sueños —murmuró con un aura de felicidad a su alrededor.

—Te entiendo, hasta los gestos más pequeños son como un tesoro —dijo con la vista fija en el doncel de cabello negro.

—¿Usted tiene pareja?

—Si, salgo con un hombre maravilloso. —respondió sin revelar quien era— Cuando lo conocí fue como amor a primera vista para mí. Él era un poco distante al principio, pero con el paso del tiempo nos conocimos mejor. Pronto cumpliremos un mes saliendo.

—¿Lo celebrarán? —preguntó He-Woon con curiosidad. Han-Jae ladeó la cabeza, inseguro.

—¿Deberíamos?

—¡Claro! Un mes juntos es un gran paso. —comentó como si fuese algo obvio— Lo más común es celebrar cuando se cumplen cien días juntos, pero en mi opinión creo que celebrar de manera pequeña cada vez que cumplen un mes también es importante.

—Ya veo, ¿entonces debería comprarle un regalo?

—Eso debería reservarlo para los cien días o para su primer aniversario. —aconsejó viéndose como un experto en el tema— Cuando cumplan un mes podrían tener una cena en casa o salir a una cita.

Una cita sonaba bien, pero sentía que era algo simple. Quería demostrarle a Young-Soo que se preocupaba por él, que lo quería de verdad y que sus sentimientos por él solo crecían día a día.

—¿Será buena idea que le haga una cena sorpresa? —murmuró para sí mismo.

Han-Jae había aprendido a cocinar por su cuenta cuando estaba en la secundaria. Luego de entrar la universidad consiguió empleo de mesero en una cafetería. Ahí la dueña le enseñó unas cuantas cosas sobre repostería y cocina, el resto lo aprendió por medio de libros de recetas y sus propios errores.

La primera vez que cocinó para Young-Soo se sintió realmente feliz al verlo comer con tantas ganas y decir que estaba delicioso. Fue como si una nueva luz se encendiese en su interior. Una que le decía que debía hacer lo que estuviese en sus manos para mantener a su novio cómodo y contento.

—Esa es una grandiosa idea —opinó Ho-Woon. Han-Jae había olvidado que el chico estaba ahí.

Un silbato sonó dando termino al primer encuentro. Ho-Woon se levantó e hizo algunos estiramientos antes de ser llamado a participar. Han-Jae le deseó suerte dándole unas palmadas en la espalda.

Ho-Woon y su rival hicieron un saludo antes de empezar. Se notaba que el otro chico era algo agresivo debido a sus movimientos potentes y rápidos. Ho-Woon solo podía defenderse sin poder atacar aún. Rápidamente el cansancio se hizo presente en su contrincante así que tomó la oportunidad demostrando toda su destreza ganada en los años de práctica. Sin embargo, cuando Ho-Woon por fin lo había agarrado el chico le dio un pisotón en el tobillo haciendo que lo soltase. Ho-Woon se quejó de dolor mientras él y el resto del equipo gritaban falta.

Zero O' Clock | Novela BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora