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Young-Soo estaba muy avergonzado en ese momento. 

Había actuado por impulso en el momento que vio el rostro inquieto de Han-Jae frente a aquella mujer insistente, sentándose a su lado y besando su mejilla con la confianza propia de unos amantes.

Había funcionado. Aquellas muchachas se fueron dejándolos solos, sin embargo, una sensación de incomodidad los invadió. Decidió no mencionar el beso, Han-Jae pareció pensar lo mismo ya que tampoco dijo algo al respecto. Solo se sonrojó y se levantó para poder ir a la cafetería.

—¿Llegaste hace mucho? —le preguntó Young-Soo mientras caminaban a la parada del autobús.

—No tanto, me distraje mirando el paisaje —murmuró tocándose las mejillas enrojecidas.

Fue ahí cuando Young-Soo notó su atuendo y lo apuesto que se veía. Estaba claro que se había vestido especialmente para la ocasión. Incluso se había puesto perfume, lo pudo notar al besarle la mejilla, y tenía que admitir que era un perfume que olía muy bien.

Se veía guapo, eso tenía que admitirlo.

—¿Y qué tan lejos está la cafetería? —preguntó Han-Jae volteando a verlo. Young-Soo apartó la mirada a tiempo antes de que lo descubriese analizándolo.

—A veinte minutos a pie y cinco en bus. Como hace algo de calor prefiero el bus —respondió. Esperaba que no creyese que estaba siendo perezoso por no querer ir a pie.

—Apoyo la idea, me gusta caminar, pero ahora mismo hace un calor infernal.

Young-Soo lo guio a la parada más cercana. Por suerte no debieron esperar más de cinco minutos cuando el bus se asomó, Le hizo señas a Han-Jae para subir y se sentaron al final junto a una ventana abierta.

—El pronóstico indicaba nubosidad para hoy —se quejó.

—Nunca he creído en el pronóstico del clima —comentó Han-Jae.

Se quedaron en silencio, solo sintiendo el viento refrescarles un poco. A pesar de estar en septiembre, el otoño parecía no querer asomarse aún.

—Prefiero la lluvia —dijo Han-Jae de la nada. Young-Soo volteó a verlo, pero este tenía los ojos cerrados, disfrutando la brisa.

—Me gusta más la nieve. Lo veo como una excusa para quedarte en casa enterrado entre las mantas con una taza de chocolate caliente.

—Esa es una buena opción también. Debe ser agradable —murmuró la última frase, dejando a Young-Soo confundido.

No pudo preguntar a que se refería ya que vio su parada cerca. Bajaron del autobús frente a una vereda llena de cerezos a lo largo. Caminó con seguridad, siendo seguido por Han-Jae que veía alrededor con curiosidad.

Se encontraban en el parque del lago Ilsan. Un lugar lleno de árboles y zonas de picnic. Young-Soo lo llevó por entre algunos edificios coloridos hasta parar frente a una casa de dos pisos, de color blanco y techo de tejas rojas. Había macetas con suculentas en las ventanas y faroles colgando de las esquinas. Un letrero de letras metálicas ponía "MOTS, coffee shop"

—Es la primera vez que vengo aquí a pesar de haber nacido en Ilsan. No sabía que había tiendas tan bonitas —Han-Jae miró el lugar con verdadera admiración. Parecía que de verdad le había gustado.

—¿Enserio? Yo apenas llevo un año aquí y ya conozco casi toda la ciudad.

—Solo iba de casa a la escuela y viceversa, y al supermercado. Nunca tuve tiempo de ver los sitios agradables de la ciudad.

—Yo puedo mostrártelos entonces, —ofreció Young-Soo sin pensar. Admitía que solo era una excusa para volver a salir juntos, pero no lo diría en voz alta— s-solo si quieres, claro.

Zero O' Clock | Novela BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora