CAPITULO 9

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Ella

Me tienen en un calabozo con las manos colgando del techo, me duele, me duele todo el cuerpo me han estado inyectando algo que me está dejando tonta no sé qué coño es, pero no puedo ni hablar y moverme solo me tambaleo de un lado para otro. Me están doliendo los brazos de que estén colgados mucho tiempo al igual que mis piernas que intento apoyar en el suelo, pero no llego.

Suena la puerta y esta vez entra un chico, no sé qué edad tiene, pero seguro unos 2 o 3 años más que yo, no es feo es entre rubio y castaño el pelo un poco largo, mandíbula muy marcada y hasta la camisa que lleva deduzco que tiene muchos tatuajes, pero miro más de cerca y es el hombre de ojos morados no se si lleva lentillas para esconderlos, el coge una silla y se sienta al lado mía y yo como tonta me quedo mirando sus ojos para ver si tiene lentillas.

- No son lentillas bombón. – dice tranquilamente – Se llama Síndrome de Alejandría es una mutación genética que cambia los ojos de color al morado, pero eso no importa ahora.

Hago un intento de hablar me no lo consigo no me sale no puedo que mierda me ha metido este hombre.

- No lo intentes o te dolerá más quédate tranquila. – dejo de intentarlo porque tiene razón me duele más cada vez que lo intento – Bueno vamos al grano.

Se acerca a mí y me desata del techo y caigo directamente hacia el que me coge con fuerza para que no me caiga y coge una silla y me sienta en ella y yo solo doy un suspiro de alivio.

- Bueno cariño necesito que me hables de los negocios de tu padre y los Smith ¿sí? - iba a mover la cabeza, pero me detiene – Si ya lo se me vas a decir que no sabes o que no me quieres decir, pero creo que ya sabes lo que va a hacer tu padre por ti así que habla y puede, solo puede, tenga algo de consideración con él.

Me quedo un poco bloqueada, se lo que va a hacer ese estúpido no sé cómo se le ocurre entonces de repente se levanta y coge una jeringuilla de nuevo y me la inyecta en el brazo, no me duele tanto al parecer lo que me ha puesto antes debe ser algún tipo de anestesia, y yo solo le maldigo en mi interior.

- Hijo de puta – digo en un susurro que me sorprende al parecer lo que me ha puesto es para que pueda hablar y el solo se ríe.

- Bueno por lo menos sabemos que funciona – dice volviendo se a sentar – Entonces me vas a decir o no.

Me lo vuelvo a pensar bien.

- Ni de coña hijo de puta – aun no me puedo mover así que mi intento de darle un puñetazo queda en vano.

- Bueno bombón, no quería tomar medidas drásticas, pero tú me lo estas pidiendo – coge su teléfono y empieza a marcar un numero - ¿sabes?, había dejado a tu amiguita en paz porque pensaba que ibas a ser lista y me ibas a decir la cosas, pero como veo que no me tendré que ocupar de ella.

Mis ojos se abren como platos, este hombre no me va a dejar en paz hasta que consiga lo que quiere así que le voy a dar lo que quiere, pero... no la verdad.

- ¡Espera! - para de marcar el número y me sonríe.

- ¿Cambias de opinión bombón?

- Te diré lo que quieras, pero deja tanto a mi padre como a Sydney.

- Vale, pero lo quiero YA – dice marcando el "ya".

En esos segundos que dice la frase yo estoy "venga Ella piensa algo lo que sea, venga".

- Los planes entre mi padre y la familia Smith son que quieren ganar más dinero con más facilidad, – digo sobre la marcha, no tengo ni puta idea de lo que estoy diciendo – entonces han decidido juntarse y jugar con todas las empresas para estafarlas y conseguir más dinero.

COLAPSO [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora