Capítulo 18

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Juguemos

P.V Alec

Son las 8 a.m, nuestros padres nos avisaron que a las nueve abría el buffet para el desayuno y que a esa hora estuviésemos todos levantados y vestidos.

Con Marc como compañero de habitación es imposible no seguir las normas, y aparte que se me hace fácil por estar acostumbrado a despertarme cada día a esta hora, incluso fines de semana - excepto los días de resaca - para aprovechar el día y entrenar.

También sabía que Zein y Emily se morían por hincharse de comer en el buffet, por lo que a las nueve en punto, estarían golpeando todas las puertas para que bajasemos de una vez y ser los primeros en llegar.

Así que lo mejor era empezar a prepararme con tiempo.

Marc ya se había duchado y se estaba vistiendo, ahora me tocaba a mí.

Estaba metido en el cuarto de baño, observando mi cuerpo sin ropa, mis abdominales...

Estoy muy bueno. Lo saben todos y lo se yo.

Me pregunto si lo sabrá quién quiero que lo sepa, aunque me hago una idea de la respuesta por como se colorean sus mejillas al verme, o por los nervios que le salen solos e intenta ocultar cada vez que le susurro o hablo en voz baja.

Zein, Zein, Zein...

Se me dibuja una sonrisa al recordar nuestra decisión de anoche.

"Dejarnos llevar, sin pensar en las consecuencias"

Sonaba tan bien, y mi mente no dejaba de pensar en maneras para hacerlo.

"Busco pasión, ¿sabes?"

Recuerdo su voz y me muerdo el labio inferior.

Si el crybaby buscaba pasión estaba con el chico correcto, con el mejor.

Le iba a dar lo que quería, iba a hincharse de ella como de comida en el buffet.

...

Cuando Marc y yo abrimos la puerta para salir, nos encontramos con el pelinegro, al parecer estaba apunto de tocar en ella.

- Oh, bueno, así me libro de gritaros.

Su hermano rie y yo no puedo evitar sonreír ampliamente al verle.

Le miro de arriba a abajo, lleva un jersey negro de cuello, pegado, y unos vaqueros azules oscuros.

Suponía que se había arreglado un poco más que ayer porque hoy Emily y él aprovecharían para sacarse fotos en la nieve.

Estaba muy bien...

Igual que su culo, el cual puedo admirar cuando se da la vuelta.

Que tentación más grande ahora que somos libres, que no tenemos que arrastrar más el deseo y las ganas...

Sí, tan grande como se ponía mi polla al pensarlo.

...

- ¿Me alcanzas un sobre de azúcar, porfavor? - Me pide la chica que iba detrás de mí en la cola que se había formado para coger los churros.

Al parecer no eramos los únicos que habíamos tenido la idea de ser los primeros en desayunar.

Zein está delante mía, y ya veo como nos analiza, mirandonos de reojo.

Le doy el sobrecito y ella me sonrie ladeando la cabeza.

- Vaya, estás fuerte eh, ¿vas al gimnasio? - Pregunta mientras me toca el brazo con su mano libre, ya que con la otra sujeta un café.

- No, pero hago ejercicio y juego al baloncesto - sonrio amablemente.

Sabía las intenciones que podía tener por como me miraba y sonreía, mientras se relamia los labios para volverlos tentadores.

Pero a mí no me interesaba.

Lo siento chica, tal vez hace unos meses te hubiese llevado a los baños y echado un polvo rápido, pero ahora con quien quiero hacerlo es con el chico bajito y gruñón que no deja de mirarnos.

Cuando va a volver a hablar, noto como me empujan, tirandole el café que cogía sobre encima de ella.

- ¡Lo siento guapita, ha sido mi culpa, perdoname! - Dice Zein mirandola "preocupado", será buen actor pero a mí no me engaña.

- No pasa nada... - Dice a regañadientes y se va para buscar una servilleta con la que limpiarse.

Al momento, al gran actor se le dibuja una sonrisa en sus labios, y se encuentra con mi mirada divertida y mis cejas arqueadas.

- Vaya, lo siento, tu pibita se fue - Comenta sin ningún rastro de arrepentimiento en el rostro, mirándome directo a los ojos.

Me humedezco los labios mientras mantengo su mirada.

- No sabes con quien juegas, crybaby...

- ¿Ah no? Mira, daddy - sonrio al escuchar como sale esa palabra de su boca - La cola es larga, y no estoy hablando de la tuya, aunque seguramente también lo sea por como te acabo de llamar, así que: Quiero jugar para hacer la espera más corta, tenlo claro.

Me guiña un ojo y se vuelve a girar con una sonrisa orgullosa.

Yo no puedo evitar reír por lo rápido que se pone echo una furia...

Y también para intentar calmar lo que sus palabras y su manera de decirlas causaban en mí, o más bien, en mi "cola larga".

- Pues yo juego contigo, tranquilo - Le susurro al oído, posando sus manos en su cintura.

Sabiendo perfectamente la sensación que causaría en él.

Pero no se deja intimidar, ni se queda sonrojado y callado, porque sino no se trataría de Zein Evans.

Se acerca más a mí, cortando la poca distancia que nos quedaba.

Poniendo su espalda contra mi pecho, y lo que es más importante, sus nalgas contra mi miembro.

No me jodas...

Comienza a hacer movimientos ligeros, fingiendo que se estira para acariciarme cariñosamente la nuca.

- ¿Te crees que también ganas en esto como en el baloncesto? Estás equivocado.

Y tenía razón.

Cuando noto como mi miembro se endurece excitado, es cuando me doy cuenta que se había pasado el juego al completo.

- Coge churros para todos - Digo y salgo de ahí para intentar encargarme de mi pequeño... Bueno, más bien, gran problema.

Zein asiente sonriendo pícaro y a la vez con orgullo.

Maldito.

Pasión, y otros amoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora