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Era casi medio día, Gabriel sentía dos risas interponerse que venian desde la sala principal, la casa era silenciosa normalmente, pero hoy, era diferente, curioso salió de su atelier, camino por el pasillo y se asomó por la puerta que da a la sala para ver de qué se trataba, lo primero que vio fue a sus asistente secando una lágrima de felicidad que caía desde uno de sus ojos, frente a ella estaba la silueta de un hombre dando la espalda al lugar de donde nuestro diseñador espiaba.

─Llevo años sin reírme tanto señor Benett, creo que no tengo que hacer más entrevistas, bienvenido al equipo de la mansión Agreste─ extiende su mano, este la toma pero en vez de sacudirla la gira y deposita un beso en el dorso

─Es un honor, prometo no defraudarla─ la suelta

─Que modesto─ se levanta y mira su reloj ─Su primera tarea es ir al François Dupont y recoger al hijo del señor Agreste, conduzca con cuidado y no se desvíe o saldrá tan rápido como entro─ le entrega las llaves

─A la orden jefa─ se para y camina hacia la otra puerta y sale

Nathalie lo observa y se empieza a encaminar hasta donde Gabriel se encontraba espiando, está camino tan rápido que al contrario no le dio oportunidad de irse, siendo atrapado en pleno acto.

─¿Señor que hace?.

─¿Quien es?.

─Maurice Benett su nuevo guardaespaldas y chófer─ le extiende el expediente con toda la información del hombre ─Trabajo para el servicio secreto francés y fue guardia de seguridad en el Luvre, además es cinta negra en aikido

─Como tu─ la mira

─Si, como yo, aunque creo que podría superarme fácilmente─ suspira ─En cuanto regrese con Adrien iré por las telas que ordenó─ intenta salir pero el no la deja

─Vamos nosotros, yo conduzco, necesito elegir las telas personalmente.

─¿Está seguro?.

─Absolutamente.

Nathalie dejo escapar un gran suspiro y asintio, ahora ambos iban en el auto secundario hacia la tienda de telas que quedaba a fueras de la ciudad, era la última que quedaba con buena calidad en toda la ciudad y por eso se tomaban la molestia de ir hasta allá.

Nathalie iba distraída mirando el paisaje por la ventanilla; Gabriel la noto, sentía que ambos se habían distanciado un poco y eso le molestaba, luego recordó que era el quien empezó a alejarse lentamente después de ver su futuro.

─¿Tienes planes para el futuro?─ preguntó de pronto queriendo borrar el silencio que inundaba el coche

─¿A qué viene eso, vio algo que no se?.

─Vi cosas, pero si no me rindo todo va a cambiar y quisiera saber que planeas hacer. . .

─¿Con respecto a que?.

─A tu vida.

─Bueno, usted me contrato con la señora estando en coma, asique tal vez cuando ella regrese mis servicios no sean necesarios─ hace una leve pausa ─Tengo una licencia de docente asique me gustaría trabajar en la escuela. . .

─¿Eso es todo?─ ella asiente ─¿De verdad planeas irte?

─Mi misión es cuidar de Adrien, ¿con su madre de regreso que haré?.

─Eres de la familia Nathalie no puedes irte, seguiremos necesitandote.

─Ya pospuse mí vida lo suficiente señor, lo acompañere hasta el final, y ese final es cuando Emilie regrese.

Miraculous: Oracle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora