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Un estruendo despertó a ambos, una rama de un árbol había sido cortada por el viento e impactada contra la ventana, Gabriel rápidamente encendió las luces y reviso, cuando vio que no había peligro decidió volver a la cama dándose cuenta que su acompañante estaba despierta y sin sueño.

─Ya es de noche y continúa lloviendo─ musitó mirando su reloj ─El celular sigue inservible─ se levanta

─Parece que vamos a pasar la noche aquí.

La luz se apaga, los dos se quedan estáticos, ambos le tenían miedo a la oscuridad aunque parezca ilógico, rápidamente se sintieron unos toques en la puerta, Gabriel como pudo se acercó y la abrió, del otro lado estaba la recepcionista con dos candelabros de tres velas cada uno.

─Un árbol tiró los cables de electricidad, fuimos por el generador pero estaremos bastante sin luz, tengan así pueden iluminarse, si se quedan sin velas solo griten y vendré con mas─ le entrega los adornos al diseñador

Este agradece y se mete dentro de la habitación, pone uno sobre la mesa que estaba cerca de la cama y el otro en la mesa de noche del lado de Nathalie.

─¿Tienes frío?─ preguntó al verla aún tapada

─Un poco. . .

─Ten─ se quita la sudadera y se la entrega

─Gracias─ la toma y se la coloca rápidamente

─No sabía que podía llover tanto.

─Puede ponerse peor. . .

─No llames a la desgracia─ replicó el ─¿Tienes hambre?

─Bastante, lo último que comí fue el desayunó─ confesó

─Ire a ver si la cocina está abierta─ va hacia la puerta y antes de abrirla un trueno se siente, fue tan terrorífico que Nathalie grito, rápidamente el platinado fue hasta ella y por instinto la abrazo ─Tranquila

─Perdon, odio los truenos─ suspira, el se aleja

─¿Puedes quedarte sola?.

Ella asiente y este se va, baja las escaleras viendo cómo varios de los otros huéspedes caminaban por el lugar aburridos, el hombre paso entre ellos hasta que llegó a la recepción, encontrándose con la pintoresca mujer de hace rato.

─Perdon, ¿la cocina está abierta?.

─Terminas de organizarnos con el apagón y la abriremos, aquí tiene el menú, puede dejarme su orden y se la subire cuánto antes.

─Bien─ toma la cartilla y la mira ─Dos platos de pasta, una botella de vino y de postre algo con arándanos─ cierra la cartilla y la devuelve

─Tenemos una tarta de arándanos exquisita, verá que se enamora─ sonríe ─Apenas pueda ingresar a la cocina le subo todo

─Muchas gracias─ rápidamente sube a la habitación, allí ve a Nathalie envuelta en las sábanas

─Tengo frío, no me veas así, extraño mí manta con calentador─ bufo, este dejo escapar una leve risilla ante eso

─Esperemos que en la mañana ya estemos de regresó─ replicó sentándose en la silla

El tiempo empezó a pasar, por suerte los truenos dejaron de sentirse pero la lluvia continuo cayendo, en determinado momento alguien llamo a la puerta, la comida había llegado, cuando la recepcionista vio a Nathalie cubriéndose con las mantas rápidamente fue y busco una pequeña estufa que funcionaba a gasolina, la encendió y la puso cerca de la mujer.

─No son molestia, cualquier cosa que necesiten deben pedirla─ musitó la castaña y luego se retiró

─Este lugar es increíble, están muy bien preparados─ comento Nathalie sentándose frente a Gabriel y viendo la exquisita comida

─Fue una suerte haberlo encontrado, podríamos seguir debajo de la lluvia─ menciono este algo antipático

─Cierto.

─¿Está rico?─ preguntó en un desesperado intento de que el lugar no se vuelva silencioso

─Si, parece todo hecho en casa, el mejor sabor que he probado en años─ sonríe ─¿Solo había vino?─ preguntó viendo la bebida

─No lo se; ordené esto por costumbre─ rasca su nuca ─¿No te gusta?

─Bueno digamos que Nathalie y el vino no son buena combinación─ río hablando en tercera persona

─¿Quieres que te vaya a pedir un jugo?.

─No, tu comida se enfriara, no te preocupes, solo me reire por cualquier cosa no me tomé como loca─ se sirve un poco

─Bueno, que no eres la única que cae con los encantos del vino─ también se sirve

─Usted está acostumbrado a beber, yo solo soy una amante de los jugos orgánicos.

Los dos ríen, continúan comiendo ahora sí en silencio, y evitando tomar de más, con el paso del tiempo la botella lentamente se fue vaciando, ahora ambos terminaron sentándose en la cama con sus espaldas en el respaldo y comiendo la riquísima tarta de arándanos.

─Dime una cosa, ¿por qué amas tanto los arándanos?.

─Mis padres tienen una granja y cultivan arándanos, de pequeña los comía todo el tiempo, son mí pasión─ contesto degustando el postre

─Vaya, no crei que fuera por eso.

─¿Que creyó?.

─No lo sé, imaginé que se debía a alguien u otra cosa.

─¿Tu tomas tu whisky importado por alguien?─ el desvía su mirada ─No me digas que de verdad lo tomas en honor a alguien─ se rie ─¿Acaso no tienes gustos?

─Si los tengo.

─Dime uno que sea un gusto tuyo y no haya sido inculcado por otra persona─ se termina de comer la tarta

─Peras al vino tinto con crema─ desvía la mirada ─Mi abuela las cocinaba y era una delicia y antes que lo digas el alcohol se evapora en la cocción asique no era problema para un niño

─¿De verdad?─ el asiente apenado ─De saberlo habria cocinado unas, tengo una receta familiar ideal, pero no las cocino porque terminó empalagada de comer sola─ hace un puchero

─Hagamos un trato, si volvemos con vida a la ciudad, comemos unas.

─¿Y yo que ganó de eso?.

─No lo sé, pasar tiempo de calidad con tu jefe─ ella se ríe

─¿No es lo que hacemos desde hace quince años?.

─¿Y que quieres a cambio?.

─Un día libre, los tres fuera de la mansión, pasando tiempo de calidad con Adrien─ se cruza de brazos, el alcohol había liberado su personalidad traviesa

─No suena justo.

─Acepta y verás que no te arrepientes, mí madre decía, que esa receta es tan especial que podrías enamorar a alguien con ella─ comento despreocupada

─Acepto el riesgo entonces. . .¿pero que hago si me enamoró?.

Ella contesto con una gran carcajada, el alcohol nublaba su juicio, mañana iba arrepentirse de ello, pero ahora nada la detenía.

─Usted ya está enamorado, ¿de quien se va a enamorar, de mí?─ ríe ─Como si estás cosas pasaran, en el único lugar que el jefe se enamora de la tonta asistente es en los Doramas─ suspira

─No eres tonta.

─Claro que si, mírame aquí, medio ebria, haciendo el ridículo por el cual mañana me voy a arrepentir, a punto de ir a dormir junto a mí jefe─ deja el plato sobre la mesa de noche, a un lado del candelabro y suspira pesadamente

─Eso no te hace tonta y yo insisti con el vino. . .

Cuando Gabriel se quiso acordar, Nathalie ya se había dormido, lentamente la acomodo, tapó y después decidió acompañarla, mañana sería otro día.

Miraculous: Oracle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora