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Gabriel dormía, era de madrugada, estaba teniendo una pesadilla, en sus sueños escuchaba la voz de una niña gritando y llamándolo papá, ante eso se despertó agitado y sudado, miro la hora, eran las cuatro de la mañana, incapaz de volver a dormir, bajo para tomar un vaso de agua y ver si esto tranquilizaba sus nervios.

En la cocina se encontró con Nathalie sentada tomando un vaso de jugo de naranja exprimido, al mismo tiempo que leía un libro, la escena le pareció tierna y cómica al mismo tiempo.

─Señorita Sancoeur─ la llamo, tenía tiempo sin usar la formalidad con ella, desde que se volvió Mayura, ella se convirtió en solo Nathalie, alguien más cercana a el, su compañera en crimen, consejera y amiga

─Gabriel─ replicó asombrada y un tanto asustada ─¿Que haces despierto?

─Iba a preguntarte lo mismo─ ríe, entra en el lugar, y del refrigerador saca una jarra con agua ─Tuve una pesadilla, ¿y tu?

─Bueno. . . .desde que descanso tanto, mí sueño se volvió loco y suelo despertarme a estas horas─ alza sus hombros ─En la habitación me aburro asique decidí venir a leer aquí, lo hago desde hace algunas noches─ confesó sinceramente

─Ya veo. . .si te sientes lista para regresar al trabajo, puedes hacerlo─ se para cerca de ella a beber su vaso con agua

─Esperaba que digas eso, prometo hacerlo con cuidado─ sonríe ─El descanso no es para mí. . .

─Te lo merecías, últimamente trabajaste mucho.

─Amo trabajar.

─¿Es todo lo que amas?─ preguntó siendo traicionado por sus subconsciente ─Digo, empieza cuando quieras a trabajar─ ella se rió por primera vez, era un sonido dulce e hipnótico, Gabriel casi se quedó embobado

─Veo que el asunto de haber conversado con Adrien aún te tiene mal─ cierra el libro ─Tambien amo leer. . .y empezaré en cuando salga el sol─ se levanta

─Perdon, no quise hablar de más. . . .

─Esta bien, si quieres saber algo sabes que puedes preguntar.

─Ayer pregunté y no obtuve nada─ bufo

─Bien terminemos con esto. . .Adrien quiso unos concejos y cuando se los di me preguntó si estaba enamorada, solo eso, llegaste en medio de la respuesta─ se encamina a la puerta

─¿Y lo estás?─ está vez si quiso preguntarlo

─Si─ respondió segura

─¿Quien es?─ el corazón de Gabriel empezó a latir con fuerza, inconcientemente esperaba una confesión de parte de la contraria, seguro este era el momento en el que ella le contaba sobre sus sentimientos

─Gregory─ respondo serena, aunque en el fondo era una mentira, sabía actuar muy bien

─¿Nuestro Gregory?─ ella asiente ─No hablas enserio─ se acerca

─¿Por qué dices eso?.

─Es que. . .suena absurdo, imposible, ¿tu enamorada de él?, son como agua y aceité.

─¿Presto alguna vez atención en clase de física?─ el no comprende ─Opuestos se atraen─ sentenció ─Que aburrido congeniar con alguien similar a uno

─No puedo creerte, siento que no es tu tipo.

─Lo es, y algún día voy a conseguir el valor para confesarle mí amor, seguro nos casamos y nos vamos a vivir fuera de la ciudad─ el ríe

─Aun no lo sabe, ¿y si te rechaza que harás?.

─Llorar y rogar que cierto villano no se aproveché─ lo vaciló

─Jamas sin tu consentimiento.

─Que bueno, igual, no creo que pase, se que Gregory me ama también─ sonrie ─Solo es cuestión de tiempo para que estemos juntos─ se acerca a la puerta ─Descanse señor, lo veo en la mañana─ sale tranquila y una vez que llega al pasillo se apresura para encerrarse en su habitación

─¿Desde cuándo Gregory?─ bufo, ambos kwamis se hacen presentes

─Esta celoso, que romántico─ musitó la azulita

─Calla─ la reto Nooroo conociendo a su maestro

─Hablare seriamente con Gorrila en la mañana─ deja el vaso sobre el fregadero y vuelve a su habitación

Los rayos del sol empezaron a tocar el suelo Parisino, Nathalie ya estaba levantada, desde su encuentro con Gabriel que no pudo volver a dormir, a la hora pautada, se levantó abrió su clóset, tomo el traje, el suéter, fue hasta su baño, tomo una ducha y se vistió, salió cambiada, se miro al espejo y una sensación de felicidad invadió cada fibra de su cuerpo, rápidamente tomo la tableta y salió de aquel lugar que la mantuvo prisionera por bastante tiempo, al llegar a la escalera para despertar a Adrien, vio como Gabriel se encontraba en el descanso mirando a Gorilla de forma despectiva, este estaba algo encorvado, con sus manos atrás de las espalda y su mirada fija en el suelo.

─¿Me perdí de algo?─ la voz de la dama inundó los tímpanos de ambos como una dulce melodía, los dos giraron sus cabezas y depositaron sus miradas en su figura, lucía más radiante que nunca, volver al trabajo parecía que le daba vida

─Dale al señor Crelep sus remuneración por los años que estuvo con nosotros y consigue un guardaespaldas nuevo─ se gira

─No─ se planto firme ─Primero quiero saber cuál es el motivo de su despido, ¡es un gran trabajador!

─No me cuestione señorita Sancoeur y haga lo que le ordenó─ sube dejándola con la palabra en la boca

─No te preocupes Nathalie─ el hombre hablo por primera vez en tanto tiempo ─Algun día iba a pasar

─Depositare en tu cuenta la remuneración ya mismo─ se acerca a él ─Voy a extrañarte

─Y yo a ti─ repentinamente la abraza, en ese momento Adrien baja de su habitación y ve la hermosa escena ─Hasta pronto─ sonríe y sin darse cuenta que Adrien estaba presente, se va

─Me agrandan juntos─ musitó este asustando a la pelinegra

─No te hagas ilusiones. . .tu padre lo despidió.

─¿Cómo?.

─Lo que escuchas, hoy seré yo quien te lleve─ suspira ─Ve a desayunar

El rubio acata sin cuestionar, en eso la ejecutiva va hacia su puesto, entra en el atelier, accede a su computadora, se mete en la cuenta de los Agreste y realiza la remuneración a Gorilla, si bien todo lo que había dicho era una mentira para esconder sus verdaderos sentimientos, no podía negar que lo quería mucho, era su único amigo fuera del círculo Agreste y de verdad lo apreciaba.

Después de eso, fue hasta la sala en dónde Adrien terminaba de desayunar, se paró a su lado y ambos intercambiaron miradas.

─No puede hacerlo, contratarlo de regresó─ pidió molesto

─No puedo Adrien, tu padre fue claro, pronto tendrás un nuevo guardaespaldas, acostúmbrate─ el chico aparta la vista ─Si ya estás listo nos podemos ir

El rubio se levanta de mala gana, ella lo sigue, se meten en el auto y se van hacia el François, todo bajo la atenta mirada de Gabriel quien observaba desde la ventana de su habitación en la planta alta.

Miraculous: Oracle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora