10

1.1K 100 163
                                    

Gabriel abrió sus ojos, ante su vista estaba la escultural y bella figura de su asistente, se había puesto su ropa de trabajo con excepción de la chaqueta, por suerte la ropa ya se había secado, en su mano sostenía su célular, eso extraño a Gabriel, se suponía que no había señal aquí.

─Maurice que alivio, llevo toda la mañana intentando hablar, tengo muy mala señal ¿tu me oyes?─ se mueve hacia la ventana ─Ven por nosotros, estamos en un hotel sobre la carretera 41 cerca de Châlons─ abre la ventana y sale un poco por ella ─¡Carretera 41 cerca de châlons!─ repitió fuertemente

La señal se cortó, la mujer se metió dentro y cerro la ventana, se gira y ahí vio a su jefe sentado en la cama cruzado de brazos.

─Buenos días señor, en un momento vendrá el desayuno─ extrañamente tenía aquel tono frío que la caracteriza

─Buenos días Nathalie. . .¿tienes señal?.

─Solo aquí arriba, aunque es muy mala, los teléfonos de la recepción siguen caídos, parece que los cables fueron cortados por algún árbol─ se sienta en una silla

─Tal vez tengamos que pasar otro día aquí─ sugirió levantándose

─Estoy segura de que Maurice viene en caminó.

El sonido de la puerta interrumpió la conversación, Nathalie abrió y recibió el desayuno, café con tostadas y jalea de fresas, ella pidió de arándanos pero no había, los dos se sentaron a la mesa y comenzaron con su desayuno, antes, Gabriel fue y se cambió.

─No puedo creer como después de una desastrosa noche, haya podido salir el sol así.

Nathalie no contesto, siguió bebiendo su café y comiendo la tostada que se preparó, Gabriel no entendía su repentino cambio de actitud, asique decidió sacar su carta debajo de la manga.

─Espero que en París el clima este igual, debemos hacer esa salida juntos─ menciono bebiendo el contenido negro de su taza

─¿Que salida?─ replicó ella, aunque no lo haya confesado tenía resaca

─¿No recuerdas lo de anoche?─ dijo pretencioso

─Sus ronquidos si, pero nada mas─ replicó jocosa

─¿Tan fácil te embriagas?.

─¿No le advertí que si?.

El ríe y desvía la mirada, ella le resta atención y termina su desayunó.

─Te pondré en contexto, prometiste cocinarme un postre a cambio de salir con Adrien, los tres juntos─ comento sin verla

─¿Está seguro que hablo conmigo?, no sé cocinar─ se animó a reír

─¿La Nathalie ebria me engaño?─ soltó con asombro

─Bueno hay una sola cosa que se hacer. . .peras al vino, mí madre me enseñó su receta, pero dudo que usted coma algo como eso, sus gustos son muy diferentes a una receta tan simple como esa─ mira la ventana

─Hablamos de eso, que alivio que no me engañaste─ sonríe

─Vaya quien diría que el señor Agreste puede ser sencillo cuando quiere.

─Soy sencillo─ bufo

La puerta sonó, Nathalie como ya había terminado el desayuno se levantó y abrió, del otro lado se encontraba nuevamente aquella pintoresca recepcionista.

─S~Señora Agreste como no me dijo que eran ustedes, los habríamos atendido mejor─ dijo está con vergüenza, Nathalie intento aclarar pero está no la dejo ─Su chófer está abajo esperando por ustedes, cuando estén listos pueden bajar─ cierra la puerta y se aleja dejando a Nathalie estática

Miraculous: Oracle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora