Capítulo 7

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Dicen que la guerra se acerca. De aspecto inevitable es. —Susurró Amor. El color que le caracterizaba parecía apagado. — Dicen que uno morirá, después de haber amado.

El silencio cruzo el lugar sin nombre donde habitaban por siempre Amor y Desamor. Se señala que al final su juego no resultó divertido, porque quienes elegieron para tomar los papeles de su entretención están marcados por una tragedia, tragedia muy grande para almas tan jóvenes, pagando una deuda con quienes no deberían. Amor, que suele tener energía por mil, distracción y entusiasmo, se haya casi sin nada de aquello que le caracteriza, frustrando a su compañero de nacimiento, porque teme que pierda la identidad. Aquel revoltijo de decaída, recitando el destino que bien sabía le correspondía a los dos jóvenes, no hace más que hacerle entender a Desamor algo. Uno de los dos está enamorado, uno de ellos amara hasta morir. Lo que convierte a Amor en ganadora, es también su inicio para perder. Pocas veces fueron aquellas en las que realmente ganó.

En un lugar más material y más fácil de encontrar. Harry mira con grandes ojos a Draco, sonriendo en su dirección. El revuelo de un amor juvenil cala en él, sintiendo que su ojos nunca contemplaron nada como lo que ve. Draco ajeno a la mirada, sigue comiendo parte de toda la comida que pueda obtener sin detener a preguntar qué es. Parece absorto, casi como si no hubiera nadie más. El pequeño hombrecito se ha ido, junto a todos los invitados. Siguiendo su paso por el Bosque, sin detenerse ante la espera de ellos dos.

Harry siente su cara enrojecer cuando Draco voltea a mirarlo, preguntando porqué no come.

Los sentimientos pueden ser contradictorios. Todo lo que Draco le molestó fue a un niño caprichoso que deseaba tener todo lo que quería. Alguien que no dudo en burlarse del resto, alguien que nunca pudo entender el dolor de otros. Pero ahora, aquí solo ellos dos, sin tomar en cuenta el principio de su historia. Harry recuerda «Papá dice. Papá cree. Papá me ordeno. Papá sabe.» siente una presión a ante esos recuerdos, el señor Malfoy debe saber muchas cosas, pero no significan que sean las correctas, tampoco que sean la obligación de su hijo.
El Draco que ha podido ver ahora, es diferente a todo lo que creía posible. Sus muecas de asco han muerto, y con los rayos de sol, parece relajado. Come lo que puede, encorvando un poco su espalda, mientras mechones caen sobre su frente, su cabello toma direcciones alternas. Y la ropa que usa, es tan muggle como “poco agradable”. Todo eso combinado hace que el corazón de Harry lata. Con latidos de Amor. Olvidando de momentos que su destino estuvo escrito desde que nació.

—¿Hay algo que te pase, Potter? —preguntó Draco, notando que el niño a su lado se había perdido en sus pensamientos. No quiso alarmarse pero otra vez estaba con los ojos aguados.

Draco miró hacia el suelo, buscando entre el pasto alguna señal de la flor que se encontraron antes. Pero el césped de limpio de un verde brillante. Volvió a mirar a Potter, quien le miraba con una mirada extraña. Sus ojos verdes intensos, estaban brillando por verlo a él. Draco tragó saliva, sintiéndose cohibido. Asustado por pensar que el llanto podría incrementar. Se acercó por el banco que manos usaban, para estar más cerca de Potter, al estarlo, rodeó con sus brazos al moreno. Apoyando su mentón en la cabeza del más bajo, un suspiro salió de su boca. Draco llegó a la conclusión patética —según él—, que su fascinación por Harry Potter se torno personal en algún momento. En donde le dijo a su padre que solo lo quería muerto. Pero pensar en este niño, ahora hizo que su corazón temblará y también quiso llorar. Porque estaba enamorado.

Las ramas de los árboles crujieron, por la fuerza del viento que de pronto hubo. Mientras tanto, Draco sentía que sus propios ojos se agüaban, apretó más su abrazo, sintiendo como Potter respiraba cerca de su cuello.

Se quedaron así, sin decir qué les pasaba. Temiendo la verdad, qué terrible condena, sentir tanto por el otro. Pero haber nacido en un momento incorrecto, cuando tenían todas de perder. Draco quitó de a poco su cabeza, mirando fijamente los ojos de Harry, ambos suspiraron, sin entenderlo del todo. Pero el Amor llega de forma imprevista, a veces lento para luego descubrir que estaba ahí desde un inicio. A veces quedándose en el recuerdo, otras en el corazón dónde dos están enganchados.

— No sé qué está pasando. —murmuró Harry. Quien había carecido de los dones del Amor la mayor parte de su infancia. Pensando, ¿Por qué me abandonaste?

Si como Amor, debes estar en todas medidas. Draco no respondió, aún cuando siempre tuvo una respuesta maligna para responder. Porque tenía una vida planeada aún, por la cuál iba a morir. Así que como, alguien que vio el Amor entre la sombras de su propia existencia, bajó su rostro, plantando un escaso beso de un segundo en la boca del otro. Un beso tan fugaz, que si no fuera porque ellos lo sintieron, pensarían que nunca pasó. Se quedaron mirando, pensando en la fácil que sería renunciar a todo, vivir eternos por siempre allí.

De pronto desde el Bosque, Ronni apareció, junto a la pequeña dragona. Parecían haber descubierto algo, porque el zorrito, al detenerse movió su cola de un lado a otro entretenido. Hasta que se sentó, moviendo su cabeza hacia un lado, mirando los ojos de los dos humanos que llegaron a ahí. La dragona soltó una suspiro de fatiga.

—¡Ya sabemos cómo pueden volver a su hogar! —soltó, sonriendo, orgullosa por el trabajo que ella y su compañero hicieron.

Ninguno de los dos se movió. Tan diferentes a los chicos que llegaron ahí, ahora sentían que algo había cambiado.
Los cuatro se encaminaron lejos de aquel lugar, caminando entre medio de los árboles, Draco y Harry no hablaron entre ellos. De pronto la vista del Bosque se fue aclarando, dejando ver senderos sin ninguna clase de imponente árbol, el final de aquel Bosque estaba allí. En aquellos campos con diminuto pasto que crecía. Harry llegó a la conclusión de que el Bosque parecía que se movía.

Draco pensó en ello al primer instante en que llegaron.








N/A: Tengo clase de inglés en unos minutos. No me gusta la clase jsjs, me siento demasiado torpe así que termine escribiendo esto, buscando una paz. Gracias por leer💕

Por tu amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora