Harry estaba feliz, por fin podía olvidar tanto caos. Aunque eso significará estar con Malfoy.
Después de todo, desde cierto punto, era hasta agradable.
El chico de cabellos negros aspiró, para sentir aquel aire fresco que inundaba el bosque. Todo era tan maravilloso y lo mejor de todo, no estaba prohibido.
Con saltitos llenos de diversión, de apoco Harry dejó de oír la explicación del zorrito, sobre alguna abeja gigante que pasaba por el lugar. Y es que, no importaba el sitio, él siempre sería un curioso con grandes impulsos. Sonrió con alegría mientras notaba como a cada paso que daba, la extraña hierba azul del suelo, comenzaba a brillar. No era un joven de quince años en ese momento, era un niño, que descubría las maravillas de un mundo fantástico.Hasta que una mano sujeto su brazo, firmemente, haciendo que el chico se volteara al instante, solo topandose con unos ojos grises, que le miraban directamente.
Harry se asustó, porque la fría mano de Draco se sentía en su brazo, lleno de calor.
—¿No entiendes? Estamos en un lujoso extraño, muy lejano de nuestro mundo. Y cómo siempre San Potter decide salirse del camino. ¿Acaso nunca te enseñaron que no se debe salir del camino? —Preguntó con insistencia.
El chico de ojos verdes parpadeó. Eso parecía ser igual a la línea de un cuento que alguna vez su tía le leyó a Dudley.
—No estaba haciendo nada malo. —Susurró, se sintió faltal cuando su voz salió tan baja. Tan asustada, como si realmente hubiese hecho algo malo. Como si realmente ese joven rubio se preocupara por él.
Draco soltó de pronto el brazo del chico, sin sutileza, demasiado brusco, como si aquel contacto de pronto le dañará, y fuera lo peor del mundo.
El rubio dio media vuelta, una invitación clara para que el otro le siguiera y Harry, con su ceño fruncido se preguntó porqué parecía tan indiferente con aquel lugar.
¿Sería acaso por qué con magia creció? Posiblemente sí.
Y con la mirada pérdida, Henoch no le dijo nada. Tan sólo miró a los niños y pensó que como fuera que llegaron aquí, faltaría para que se marcharán a casa.
Ronni comenzó a hablar nuevamente, a veces de cosas que los jóvenes no entendían. Sobre lo mal vencino que era Búho o sobre lo cruel que podría ser Raquel , la serpiente.Y en distracciones de segundos que pasaban a minutos, Henoch y Ronni se alejaron para charlar.
—He averiguado algo. —Comenzó la dragona.— Están aquí por obra de entes malignos, que se divierten haciendo sufrir.—Ronni le miró confuso.— Creo que, tal como pasó con Helen y Gideon, ellos llegaron aquí.
El zorrito movió sus orejas, quedando en alerta.
—¿Por qué nos persigue la desgracia? Tantos lugares en el mundo y esos tontos Amor y Desamor usan este como campo de batalla. —Lloriqueó.— Y yo pensando que por fin los humanos habían roto los tratados.
La dragona suspiró mientras observaba como Harry corría con una luciérnaga roja en su mano y Draco le decía que devolviera eso a su lugar.
—Tal vez, realmente, no fueron ellos quienes los trajeron. —Susurró, su amigo la miró.— Tal vez ellos creen que lo hicieron, pero ¿No es en esa edad cuando los magos hacen de su magia su propia arma para enfrentar lo que sienten? Digo. ¿Y si ellos llegaron aquí por su cuenta?
La pregunta no dejó a Ronni tranquilo, mientras caminaban cerca de un bosque de rosas gigantes.
—¡Hey, chicos! —Exclamó la dragona.— Nosotros deben a asistir a nuestros labores, así que, nos encontramos luego. —Sonrió.
Antes de cualquier objeción de los muchachos, la dragona huyó volando y el zorrito corriendo.
—Deben tener un jefe muy enojón para irse así. —Pensó en voz alta Potter. Draco lo miró con una ceja alzada.
—Creo que cada vez que hablas dejas en claro lo tonto que eres.
—¡¿A quién llamas tonto, tonto?! —Gritó frustrado, elevando su cabeza para mirar fijamente a su enemigo.— Ahora si te partiré la cara, ¡Ya verás!
—¿Ves? Todo a golpes, tanto que ni notas que ellos nos dejaron a propósito aquí. Ni siquiera recuerdo en qué punto estamos. —Comentó, dando vueltas, observando el sitio.
Harry hizo un puchero, mientras apretaba los puños, conteniendo su ira.
—¡Siempre crees saberlo todo! Y, y...¡Dices que eres muy inteligente, pero no! ¡Eres tonto! ¡Insensible! ¡Cruel! —Estaba gritando sin entender porque, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.— Eres...Eres, ¡Malo, malo!
Draco lo miró confundido, ¿El gran Harry Potter le estaba llorando? ¿A él? Mientras lo reprendia como si tuvieran diez años. ¿Qué significaba esto?
—No seas estúpido. —Y al decirlo, Harry empezó a llorar más. — Por Merlín, ¿Q-Qué te pasa? —Preguntó, trabandose sin querer. Estaba confundido. Y solo podía ver al niño llorar. — No eres estúpido Harry. Solo estaba enojado. Ellos fueron a hacer sus cosas, nosotros podremos hacer cosas juntos. Ya, no llores, ya dije que no eres estúpido.
Harry corrió sin previo aviso, y lo abrazó, se aferró al rubio y este, con toda la confusión del mundo, dio tres palmaditas en la cabeza del niño de ojos verdes.
Más tarde ambos notarían que no deberían acercarse a los pinos pequeños, pues, hacían que los seres experimentarán una extraña sensibilidad ante todo. Haciendo que las emociones se confundieran.
—Sobre lo que pasó...—Harry trató de disculparse.
—Solo no te creas la gran cosa, Potter. —Sigo caminando.
Pero el corazón de Draco estaba latiendo fuertemente.
Harry había encajado tan bien en ese abrazo, que pensó en lo bien que era tener la altura de su padre.
Tal vez es el cambio de ambiente. Pensó, aún cuando todo su cuerpo picaba.
Nota: Aquí por fin un capítulo, gracias por la espera y su aceptación. Espero que disfrutarán la lectura, todo es muy cursi uwu pero será así de esos que dan asco de lo tiernos que son (?)
¡Besos y muchas gracias por su lectura!
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Por tu amor.
FanfictionAmor y Desamor viven en una competencia y a su vez compañerismo, inevitable. Esta vez Harry y su enemigo de la escuela, Draco. Son víctimas de aquellos que los pueden hacer volar los cielos o hundirlos en el peor de los lamentos.