Epílogo

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Durante unos años, se creyó que la Felicidad había sido encerrada, porque la Tristeza fue lo que reino en la guerra durante mucho tiempo. Lo cierto es que está Tristeza, que llega pero a veces es odiada, es la mejor forma de saber cómo quitar un peso de los hombros. Si Draco no hubiese sentido el amargo Desamor cuando tenía catorce años, antes de viajar al lugar más extraño de su vida, es probable que después de aquello no hubiese podido soltar el gran desafío que le impuso su padre.

Porque la Tristeza le recordó que era humano, que tenía su propio propósito y porque después de su llanto, de su tormento solitario. Pudo recordar lo que siento cuando se creía atrapado, el cálido sentimiento de Amor, que sintió por Harry, aquel sentimiento que fue correspondido. Que le hacía feliz.


Solo que era abrumador haber sentido tanto, en tan poco.

—¿Me quieres, Draco? —preguntó Harry. Trayendo al rubio al presente. A aquel presente en el que, Harry Potter caminaba pegado a él por los pasillos de Hogwarts.

Sus ojos grises le miraron, deteniendo sus pasos. Algo atontado por la pregunta. Lo que él sentía iba más allá que solo quererlo, había peleado por su bienestar y casi muerto en el intento de esto igualmente. Sonrió, mostrando sus dientes.

—En realidad, Potter. Va más allá que solo eso. —tragó saliva, acercando su mano hacia el cabello esponjoso del otro. — Te amo.

Harry ahora se quedó sorprendido. Sintiendo como el calor subía a sus mejillas, antes de cualquier nueva pregunta, Draco presionó sus labios gentilmente. Esta vez, suspirando ambos por ese contacto. Se alejaron lentamente, de pronto Harry tenía un brillo de burla en sus ojos.

—Aún así, creo que me quedaré con todas la manzanas. —comentó, comenzando a correr en medio del pasillo, siendo perseguido por un rubio confundido.

Los demás se rieron de aquello, porque ya habían llorado mucho.

En aquel lugar sin nombre, ni existencia confirmada yacía Amor, tarareando. Junto a Desamor.

—Tenemos un ganador y un perdedor.
Pero lo cierto es que, siempre será un empate. —dijo Amor.

—Hoy toca celebrar. Que en nombre del Desamor, volvió a llegar el Amor. —concluyó su compañero.

—Pero en nombre de la paz, no volvamos a jugar este juego.

—Es así, como esto termina. Una historia más leída en la Vida.







FIN.





N/A:  Holaa, finalmente aquí ya está concluida. Cómo dije en un inicio, siempre fue algo más relajado y disparatado. Un relajo en la lectura, como partes tristes pero todo muy tranquilo. Gracias por leer 💕 Nos vemos en otra lectura, cuídense ✨

Por tu amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora