Capítulo 5

1.8K 200 96
                                        

Sin trampas. Habían acordado desde hacía mucho, pero casi nunca estaban seguros cuando alguno hacía algo. Aunque claro estaba, que aunque gozarán de cierta autonomía, una vez que los sentimientos palpitaban en corazones de seres vivos, ellos solo serían marionetas que responderían a tales latidos.

Por eso Amor se sentía fatal. Pensando y pensando, en como lo que había planeado con Desamor se les iba de las manos.
“No se necesita ser adivino, para entender, que en guerras es bien sabido al enemigo no ver”. Un suspiro frustrado salió de Amor, mientras una vez más daba vueltas en la nada.
Pensando que sus juegos serían divertidos, mientras unos jóvenes humanos descansarian de las vidas que les tocó vivir. Era como, un deseo para ellos. Hasta que sentía que en lugar de divertirse se confundía, porque presentía que no sólo era cuestión de si ni de Desamor, que esos dos se estuvieron acomodando a tan loco entorno.

Era como si el mismo bosque en particular, les ayudará a esos chicos.

—¿Crees que el futuro dolerá? —dijo con angustia Amor. Quien, prefería mil veces la compasión, a la guerra sin piedad.

—El futuro, de manera inevitable. Dolerá.

Los dos volvieron a suspirar.
Mientras ondeaban como el trágico y entrometido Bosque causaba un caos en los dos chicos. Si, en definitiva ese Bosque era aún más caprichoso que ellos. Una completa arma mortal.

Harry, daba vueltas en círculo, mientras acomodaba sus lentes y seguía con lo mismo. No es como si quisiera admitir que no tenía idea de dónde estaba, pero era mejor seguirle la corriente a Draco —quien tal vez si sabía dónde ir—, hasta que el rubio, se volteó a mirarlo, con el ceño fruncido y un puchero.

—¿Tienes idea de a dónde vamos? —preguntó. Harry entro en pánico. Ni siquiera tenía idea si seguían algún camino.

Harry negó, mientras movía uno de sus pies en la tierra. El rubio solo rodo los ojos, casi harto de todo.

—Pero, hey. Podemos conocer con un poco más de calma el lugar, ¿No? —propuso Harry con una sonrisa algo insegura. Draco le miró, sus ojos parecían estar titubiando un poco.

—Siempre he dicho que eres raro e idiota. Pero tienes razón. No hay cosa mejor que hacer ahora. —carraspeó un poco la garganta, sintiéndose avergonzado, por admitir que Harry Potter tenía algo de lucidez. — ¿Sabías que el cielo cambia de color a menudo que vamos avanzando? Es como si fuera totalmente rosa y luego es verde. Eso me perturba, porque mientras estar de pie parece normal. —comentó.

Harry, muy atento a cada palabra, miró con el ceño fruncido hacía el cielo, para observar lo normal y extrañamente brillante que era, luego, comenzó a caminar, aún mirando el cielo. Sus ojos verdes comenzaron a abrirse, por la impactante observación. Lo que había dicho Draco era verdad.

—¡Mira eso! ¡Esto es fantástico! —chilló, mientras seguía caminando alrededor del rubio, mirando hacía arriba. Draco comparó el actuar del chico con un niño.

Por unos momentos el rubio se sintió mal por Harry. La ausencia de los padres y la posible crianza que recibió, y trataba de ocultar. No habían hecho que gozará su niñez.

—Sé que es genial Potter. Yo lo descubrí. —señaló, con una sonrisa de lado. No había cosa mejor, que mencionar cuando descubría algo.

Aunque no estaba muy seguro, de querer mencionarle a alguien, que amaba el color verde, porque Harry tenía los ojos de ese color. Esa sensación le hizo sentir extraño. Algo confundido, porque en su vida, le habían preparado para recibir a quien su padre dictará conveniente, y así consumar con esa persona el matrimonio y dar herederos. La palabra nunca le pareció tan amarga.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —la vocecita a Harry, preguntando, se hizo cada vez más cercana. Y recordó otra vez, en donde estaba.

—No me pasa nada.

—¿Y si vamos a buscar ardillas?

—¿Para qué quieres buscar ardillas?

—Para que canten. Las ardillas cantan. O bueno, se supone. Nunca sabes, este lugar tiene de todo. —menciono Harry, mientras parecía imaginar un montón de cosas. — De seguro hay alguna especie de rey o princesa.

—Deja de decir idioteces. Aquí no hay reyes ni princesas. De eso estoy seguro.

—No tienen porque ser humanos. —comentó Harry, Draco pareció pensarlo un momento.

Justo en el momento en que iba a decir algo, vio como una cosa pequeña chocaba con su pie. La altura de la hierba le impedía poder ver con claridad, que era lo que estaba chocando una y otra vez. Pensó inicialmente en algún animal pequeño, alguna liebre, conejo, zorro e incluso algún dragón.
Bajó su mano un poco, bajando al instante también una parte de su cuerpo, hacía el lado. Y sin pensar mucho, tomó aquello que le estaba molestado.

Sus ojos se abrieron de par en par, al ver entre sus manos a un hombrecito pequeño. Soltó un gritó, lanzando eso unos cuantos metros lejos de él.

Movió su mano exageradamente, mientras la limpiaba pasándola por su ropa.

—Qué asco, que asco. ¿Qué demonios era esa cosa horrible?

—¡Oye mocoso! ¿A quién llamas horrible, cosa fea y horripilante? —preguntó una voz, con una combinación de tonos.

Draco miró a Harry. Parecía tener pánico.

—Lo siento, ¿Señor? —comenzó a disculparse Harry. Salvando al chico rubio. — Pero no somos de por aquí, por eso pareció asustarse. Aunque debo estar de acuerdo, con usted. Él es una cosa fea y horripilante.

Draco lo miró indignado. De pronto la hierba comenzó a moverse, dejando ver de un salto. Al pequeño —literalmente— hombrecito, a sus pies.

—Mmh. Solo porque te disculpaste, no lo retare a un duelo a muerte, con cuchillos. —le dio un pequeño vistazo a Draco, desviando su mirada, con un toque de asco. Para mirar así a Harry. — ¿Eres la pareja de está cosa? —le preguntó a Harry, señalando con un dedo al rubio.

—Qué. No no ¡No! Él no es mí pareja. —alegó Harry. Alejándose un poco de su compañero.

—Ay ajá. —se llevó las manos a la cintura el hombrecito. Vestía ropas algo viejas, de tonos verdosos, tenía el cabello negro, junto a una barba pequeña. — Mí nombre es Marcus. Soy del Valle del Sauce. ¿Ahí váis a consumar vuestro matrimonio?

Draco estuvo a punto de lanzarle una patada, porque ya lo tenía harto con el tema de ser pareja y estar casados. Tenían 15 años, además, no existía ni la más mínima posibilidad, que él sintiera algo por Harry. No había intensidad, dada al romance o algo así. Pero se calló al instante, en que el hombrecito tironeaba de la mano de Potter, llevándolo hacia quién sabe dónde, sin darle la posibilidad al amable de Harry Potter, de negarse. Porque parecía más entusiasmado con conocer el lugar, que con ver las consecuencias que estás traerían.






Draco está seguro que parpadeo y de pronto ya llevaba una capa rara, para estar parado frente a Harry, quien llevaba adornos raros en la cabeza.

Curioso, Potter tenía razón, las ardillas estaban cantando y eso lo desconcertó tanto, que se quedó mirándolas, mientras volteaba la cabeza e ignoraba las caras del chico.

—Con el poder que me concedió el Gran Dragón, yo los declar...—no pudo terminar, dado el fuerte gritó que Harry dio.

—¡Esto es un error, no estamos enamorados!

Los gritos de sorpresa parecieron tener eco.













Notita: Muchas gracias por leer, comentar y votar💕

La verdad no esperen algo de completo sentido en esta historia x'D porque después de todo están en un mundo muy mágico con cosa muy raras uwu

Besitos!

Por tu amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora