Prólogo

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La gente dice que hago cosas terribles, hablan de mi sin saber quien soy pero todo lo que hago es malo pero se siente tan bien, es lo más divertido de mi vida y lo hago una y otra vez, me sentir excitada y energética, hablan tanto de mí que parecía que los tenía adorándome y así lo sentía,  me sentía una maldita perra cuando los escuchaba decir que si me atrapan me quemarían tal y como lo hacen con las brujas en Salem

No los culpo, no me sorprende pero no estamos en Salem. 

Estar siendo perseguida nuevamente, es algo de casi todos los días, nadie alcanzaba a atraparme y eso me encantaba, tenía cierto fetiche con eso, vi de reojo hacia atrás y esos hombres gritaban barbaridades hacia mi. Había robado sus frutas y algunas bolsas de monedas. 

Trataban de lanzarme cosas pero siempre las esquivaba, una vez trataron de lanzarme un machete pero simplemente rozó mi capucha, aquellos hombres lanzaban de todo, desde cuchillas, fruta, sillas, bancos, flechas, objetos como pequeñas esculturas, juguetes pero todo o lo atrapaba y lo esquivaba. 

Pero ese día cambió, al dar la vuelta para meterme a un callejón, la ví, aquella muchacha casi me atrapa, esos ojos verdes me miraron antes de darme una sonrisa victoriosa, sus brazos me habían rodeado, ella era más alta que yo por unos miserables centímetros, escuchaba los gritos de lejos pero ella me tenía sujeta. Su aroma me tenía extasiada y sentí algo en mi cuerpo indescriptible, sentí sus brazos sujetarse a mi espalda fuertemente, me gustaba estar ahí por alguna extraña razón pero no podía estar más tiempo así que yo también la sujete pero de las piernas cuando logre agacharme y en un movimiento nos tumbe a ambas al suelo.

Ella exclamó y me insulto pero no me soltó a pesar del duro golpe, sentía mi excitación crecer ante el pensamiento de ella sujetándome de por vida, pero sabía que eso sería imposible así que para liberarme tuve que besarla, mi capa cubría nuestros cuerpos cuando la besé, ella en ese momento perdió las fuerzas y aproveché eso para pararme y correr después de morderle el labio. 

Me volteé aún corriendo viendo como se paraba sorprendida, la vi mirarme sonrojada, sonreí mordiéndome el labio antes de lanzarle un beso y seguir corriendo.

Eso se sintió tan increíble, sus labios sabían a azúcar y moras, sus labios y los míos se sentían tan bien tal y como robar.

Tal vez la próxima sea ella.

Feeling goodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora