La lluvia caía fuertemente, los relámpagos eran la única luz que alumbraba el pueblo, las nubes oscuras de tormenta tapaban cualquier luz natural. El cielo tronaba y lloraba a mares, los habitantes sentían el suelo vibrar por aquellos tronidos naturales. Camila sentía sus lágrimas derramarse por sus mejillas, su madre la estaba cargando mientras corrían fuera de la mansión para pasar al pueblo, los brazos de la pequeña castaña ardían y provocaban dolor en la morena, morena la cual no le preocupaba en absoluto aquel detalle.
Ella está absolutamente perdida en los brazos de su madre, brazos que hacía tiempo que no sentía alrededor de su cuerpo. La lluvia las empapaba pero a ninguna les importo, a cada una de ellas por diferentes razones. Camila disfrutaba ese cariño y seguridad que sentía estando prácticamente escondida en la brazos de su madre, mientras que la madre reprimía sus lágrimas de angustia y dolor, tenía a su pequeña hija en sus brazos.
Y sería la última vez que la tuviera.
Tenía que dejar a su hija lo más lejos que podía, lo más alejado que podía de su gente, lo más alejado que podía de su padrastro. Tenía que dejarla con su verdadero padre, si es que seguía vivo, Sinuhé rogaba por que así fuera, no quería que su pequeña estuviera tan sola en ese mundo de dolor.
Finalmente había actuado después de un largo tiempo de tortura para su hija, había escuchado a su marido hablar acerca de su pequeña, según él, la hija del diablo, un fenómeno, supuestamente hija del diablo y una bruja, una bruja que había entregado a los brazos de su esposa un fenómeno, acerca de castigarla finalmente, los maricones merecían más que la muerte y él pensaba dárselo, a pesar de que quería matarlo con sus propias mando, prefería darle un bárbaro castigo para adiestrarla, debido a que Camila era su única heredera, según él, único heredero, y quería a un hombre, no un maldito enfermo.
Lo que aquel hombre sabía pero estaba tan cegado para creer, era que su esposa le era infiel con un campesino, tuvieron un hermoso "varón" pero tuvieron que separarse, entonces surgió la historia de que una supuesta mujer le había entregado aquel niño para que lo cuidara, y Sinuhé había aceptado.
El niño había estado creciendo pero sus rasgos no eran en absoluto masculinos, eran femeninos, cejas delgadas, unos labios delgados pero carnosos y unas pestañas largas con unos hermosos ojos marrones, además de que su voz no era en absoluto la de un pequeño varón, parecía la voz de una pequeña mujercita.
Sinuhé supo con una corazonada que su supuesto varón no era un varón, era una mujer, una mujer especial.
Una mujer con pene.
Su marido no podía creer el comportamiento del chico, había estado enseñándole a crecer como un varón, ¡Un verdadero varón!, él no sabía que su hijo en verdad era hija, sino que era un completo maricón afeminado, y pesar de que Sinuhé sabía que era una pequeña, no le dijo nada a su marido, podría ir peor si supiera que en verdad era mujer. Pero la pequeña solo tenía 6 años cuando su desgracia empezó, los fuertes golpes con un pedazo de madera en sus pequeños bracitos cuando hacía algo mal, cuando vestía mal, cuando caminaba afeminada, golpes que su padrastro le daba hasta sangrar para después hacerle correr hacía su madre para que la limpiará pero jamás que le cerrara las heridas.
—Mami, ¿Volveremos cuando acabe la lluvia?—Habló la castaña con voz fuerte para que su madre pudiera escucharla con todo el ruido de la lluvia.
Sinuhé sollozó y apretó a su hija, de ahora 8 años, contra su pecho queriendo sentirla más cerca.
—No, mi amor, no volveremos—Admitió roncamente la señora con una mitad de mentira.
Sinuhé volvería para cubrirla pero Camila no regresaría.
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Feeling good
FanfictionNunca nadie ha podido atraparla, ella corre y corre tan veloz que nadie es capaz de atraparla, nadie sabe quien es, solo saben que es una mujer. Ella roba para después huir, roba a comerciantes, a puestos, a ganaderos, a agricultores, todos aquellos...