❝ No quiero ser un héroe
que salva a las personas
con su fuerza. Quiero ser
uno que las salve con su
música.❞
Una extraña voz, con
unos ojos llamativos
y un gran camino por
recorrer.
Acompaña a la clase 1A,
en este divertido y únic...
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— Buenas noches Señorita Moon. — el enfermera encargada de la noche entro a mi habitación, trayendo consigo una bandeja de comida.
—Buenas noches. — respondí con tranquilidad mientras me acomodaba en la cama del hospital. — Gracias. — sujete mi corto cabello con una lija, tomando la bandeja de comida.
Empecé a comer sin prisas, aunque me sentía un tanto incómoda por la penetrante mirada que me daba la enfermera, levante mi cabeza y solté un pequeño suspiro antes de hablar.
—¿Necesita algo? — pregunte con amabilidad dándole una pequeña sonrisa.
—Un profesor de UA esta en la habitación de a lado. — fue lo único que menciono antes de salir dejándome con una gran confusión y preocupación.
Rápidamente me levante de la cama, dejando la bandeja sobre la mesa de noche.
Con mucho cuidado comencé a caminar, mis piernas estaban un poco lastimadas por lo cual dolía un poco en cada paso quedaba, el día anterior a este me había quitado los puntos de mi cabeza, ahora lo único que faltaba era que las heridas en mis brazos y torso sanaran completamente para ser dada de alta, durante ese tiempo le había dicho a los chicos que no era necesario que vinieran a visitarme muy seguido y que solo podían venir una vez cada semana.
Pero algo que me comenzó a preocupar fue que durante toda esta semana no hayan venido, ni siquiera Tamaki o Shinsou, no me quejaba ya que entendía que tenían otras cosas que hacer y tampoco podían dejan de preocuparse por sus estudios. Solo esperaba de todo corazón que estuvieran bien.
Me acerque a la puerta de la habitación a un lado de mía, llevándome la sorpresa de ver el nombre del héroe que mas admiraba en la placa alado de la puerta, una fuerte escalofrío paso por todo mi cuerpo, puse mi mano sobre la puerta lentamente la fui abriendo, tratando de hacer el menos ruido posible.
—Sensei... —susurre con miedo y angustia en mi voz. Mirando sobre la camilla a Aizawa lleno de vendas y muchas lastimadas, mi corazón dio un salto con dolor y mi sangre se congelo.
—¿Qué haces aquí joven Moon? — la rasposa y ronca voz de Aizawa me sorprendió logrando que pérdida el equilibrio y cayera al suelo. — ¡Oye! — tuvo la intención de parase para ayudarme pero lo detuve con mi mano, mientras me levantada despacio para no abrir ninguna de mis heridas.
—Usted, ¿cómo esta? ¿Qué sucedió? — preguntó con un tono lleno de angustia, sin dejar de mirarlo. Pero el simplemente rodó los ojos y me ignoró, pero luego de unos segundos señalo la silla a lado de camilla, lo comprendí al instante y me senté en ella.
