❝ No quiero ser un héroe
que salva a las personas
con su fuerza. Quiero ser
uno que las salve con su
música.❞
Una extraña voz, con
unos ojos llamativos
y un gran camino por
recorrer.
Acompaña a la clase 1A,
en este divertido y únic...
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Maratón: 4/10
Miro el contenido de la nota nuevamente, ya llevaba casi media hora releyéndolo y aun no sabia que hacer.
Cuando quieres hablar y ser escuchada llámame.
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Realmente no sabia que hacer, soltó un pesado suspiro y deja la nota sobre su escritorio para irse a bañar.
Sonrió levemente al sentir como el agua pasaba por todo su cuerpo dejando que el estrés se fuera de este, mañana haría una pequeña visita al hospital en donde fue internada quería agradecer por el buen trato que había residido.
Luego de unos cuantos minutos salio del baño lista para vestirse pero se detuvo frente al espejo delante de ella, lentamente se dio la vuelta viendo su espalda a través de este, suavemente paso las yemas de sus dedos por las largas cicatrices que adornaban su cuerpo, sintiendo la diferente textura de estas.
Cerro sus ojos conteniendo las lágrimas, luchando contra los recuerdos de su pasado, ya era tiempo de superarlo y seguir adelante.
Se alejo del espejo y término de vestirse una vez fuera del baño se acostó en su cama apagando todas las luces dejando su habitación en completa obscuridad. No podía dormir sentía que algo malo pronto sucedería y tenia mucho miedo, sin más que hacer tomo la nota y marco, luego de el tercer timbre respondió.
—Hola, señorita Ashlye. — su voz era un poco ronca pero también tranquila. — ¿Te parece si nos vemos en el café cerca se tu departamento?
—Esta bien. — fue lo único que dijo y colgó, se levanto de su cama para luego tomar su abrigo y salir de su departamento.
No tardo mucho para llegar al café, una vez frente de este miro a todos lados buscando al hombre, dio un pequeños brinco cuando una mano se poso en su hombro al instante golpeó el estómago de la persona detrás suyo y la empujo lejos de ella.
—¡Dios! ¡Eso duele! — sus ojos se abrieron con asombró al reconocer la voz del chico que se sobaba la parte golpeada.
—Lo siento mucho, no sabia que era usted. — hizo una reverencia con forma de disculpa con una expresión de arrepentimiento.
—Esta bien, fue mi culpa por sorprendente de esa manera, descuida. — sonrió con calma y diversión para luego hacer una seña apuntando al callejón a lado de la cafetería.
Ashlye lo siguió hasta unas escaleras que llevaban hasta la azotea del comercio, con mucho cuidado empezó a subirla al mismo tiempo puedo apreciar las hermosas alas de aquel hombre, eran preciosas con un maravilloso color escarlata, estiró su mano y tomó una de las plumas que caían cuando eran agitadas se la daría después a Yakoyami ya que sabia este era un gran fan de Hawks.
