❝ 𝐌𝐮𝐬𝐢𝐜 ❞ 𝙱𝙽𝙷𝙰

音楽|35

Sus heridas ya habían sido curadas correctamente con ayuda de Momo. Luego de cambiar su destrozada ropa tuvo que volver a aula, en donde todos la esperaban.
Sabia que tenia que responder sus preguntas y no les molestaba haría lo que fuera para ayudar con el rescate de Ashlye.

—¿Cómo sabes que el abuelo de Ashlye sigue vivo? — Uraraka fue la primera de preguntar la duda que todos tenían.

—El fue quien dijo que ella había vuelto a ese horrendo lugar... — suspiro con un poco de cansancio para luego seguir hablando. — El sabe que su hijo es un monstruo y que Ashlye no merece todo este sufrimiento, es por eso que me envió para buscar Ash. — centro su mirada sobre el antes mencionado, el cual afirmó con la cabeza conociendo las intenciones de aquel hombre.

—Lamento, preguntar esto en este momento, pero de verdad el padre de Ashlye ¿es tan poderoso e imposible de derrotar?... — Denki hablo con un poco de nervios, sin mirar directamente a Alisson.

—Es su quirk al que le tenemos miedo... — Ash respondió con un poco de ansiedad. — Su quirk se llama "Control sanguíneo" el puede controlar, lastimar e incluso asesinar a las personas que tenga una conexión directa son su sangre y como ya entienden, Ashlye es la que esta más cerca de el, al ser su primera hija su sangré tiene mas similitud.

—Entonces el utilizará Ashlye en nuestra contra para que nos rindamos... — susurro para si mismo Todoroki, procesando toda la información que se le había dado.

—Pero claro cada quirk tiene una debilidad y el de su padre es la distancia. Su quirk pierde poder cuando el sujeto esta 100 kilómetros lejos de el, es por eso que Ashlye pudo librarse de su control cuando huyo de ese lugar. — la explicación de Alisson le dio un poco de esperanza a los chicos, solo necesitaban alejar Ashlye lo suficiente para que libere de su control.

—¿No sería mas fácil si Aizawa- sensei le borra su quirk? — Momo hizo la pregunta que muchos tenían en mente, logrando captar la atención de ambos.

—Ese bastardo sabe como huir. Si se llega a dar cuanta de que lo encontraron, usará Ashlye para detenerlos y hará que luchemos contra ella. Fue lo que hizo con nosotros cuando teníamos esperanzas de salvarla... — su voz se apago siendo golpeado por los horrendos recuerdos de su pasado, cuando su corazón latía con valentía y fuerza.

—Debemos crear un plan en donde podamos usar nuestros quirks para salvarla. — Mirodiya dio un paso enfrente mirando con determinación a cada uno de ellos. — Lo lograremos, podremos salvarla y hacer que cumpla su sueño.

Cada una de las personas presentes en aquel salón fue poseído una fuerza y valentía sorprendente. Con sus metas unidas y un objetivo que completarían cueste lo que cueste partieron hacia el hogar del mayor Moon.

—Es aquí. — El auto se detuvo delante de una enorme mansión, la cual estaba rodeada de un gran muro en donde se podía apreciar varias cámaras de seguridad.

Alisson se acerco a la puerta en la cual había un cámara de seguridad en donde se debía de poner una contraseña para acceder. Luego de unos cuantos segundos en donde la antes mencionada presionada diferentes teclas, la puerta se empezó abrir lentamente, a medida que se abría se podía apreciar un inmenso jardín decorado con diversas estatuas y rosas. La pelo gris nos señaló con la cabeza para que entrábamos, cada uno fue entrando al lugar mirando detalladamente las decoraciones y flores que se podían apreciar.

—¿Así que ellos son sus héroes? — todos giraron rápidamente al escuchar tal extraña voz, encontrándose con un hombre de avanzada edad, el cual le sonreía con tranquilidad. Era un poco pálido y se veía demacrado como si cargara con un gran pero en sus hombros. — Es un gusto conocerlos. Me harían el  gran favor de presentarse cada uno de ustedes.

Los chicos afirmaron con la cabeza ante su petición, mirándose entre si para decidir quien comenzaría. Aizawa soltó un suspiro cansado mirándolos con enojo y fastidio.

—Ellos son, Katsuki, Mirodiya, Mina, Sero, Denki, Kirishima, Shinsou, Tamaki, Uraraka, Todoroki, Shoji y Toru. — los empezó a presentar a cada uno conforme estaban ubicados. — Algunos de sus compañeros tuvieron que quedarse en Japón para ayudarnos desde ahí. — explico con educación al hombre que tenia su mirada fija en Shinsou.

—Tu debes de ser su amigo de la infancia... — se acerco a el y lo miro detalladamente para luego palmear su cabeza suavemente. — Venga conmigo, los ayudare a encontrar a mi nieta. — comenzó a caminar rumbo a la mansión dejando atrás a un confundido y avergonzado Shinsou.

—¿Cómo sabe de nuestra existencia? — Shoji preguntó unos pasos lejos de aquel señor, el cual soltó una pequeña risa.

—Mi nieta solía mandarme cartas, en las cuales me contaba las diversas aventuras que vivía a su lado. Pero desde hace dos meses lo dejo de hacer, fue en ese entonces que supe que algo estaba sucediendo, contacté a Alisson para que me ayudará. — respondió con un poco de tristeza, mientras la puerta de aquella casa era abierta por unos de los mayordomos.

La mencionada soltó un pequeño suspiro lleno de angustia y preocupación, no era necesario preguntar la razón de su tristeza ya todos los presentes lo entendían y vivían en carne propia.

—Cuando Ashlye tenia 9 años le hice que le implantaran un GPS en su cuello, claro bajo el agua para que mi hijo no lo supiera... — susurro lo ultimo con un poco de enojo hacia su persona. — Si tan solo la hubiera ayudado a salir de ese maldito mundo, ella estaría bien y viviendo con felicidad sin miedo a crecer.... — bajo su mirada mientras pequeños sollozos salían de sus labios, se notaba angustiado y lleno de temor por la vida de su mas querida nieta.

—Pero aun así, usted la apoyo una vez que logró ser libre. — Alisson le dio suaves palmadas en su espalda tratando de tranquilizarlo. — Cada vez que ella estuvo en el hospital, usted pago por todo. Cuando se lastimaba o tenia miedo al mundo exterior, usted siempre estuvo ahí para ella. Yo nunca puede tener una buena relación con mi familia pero estoy segura que si hubiera tenido un abuelo como usted, no podría pedir mas en este mundo. — sus palabras eran calmadas y cálidas, como si fuera el único soporte de aquel hombre.

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