Capitulo 4

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Chae Rin se encontraba dando círculos dentro de su cuarto, era total manojo de nervios. Abajó estaba la persona que espero ver durante dos año y, sin embargo, sentía que no era el momento para poder ver a su mejor amiga. 

Hace unos minutos había terminado de arreglarse, pero no tenía el valor para poder salir de ese cuarto para poder ver a la persona con la que se hacía video llamada en las noches o hasta en las madrugadas durante dos años.

En su cabeza se preguntaba varias cosas y entre esas preguntas solamente una retumbo con fuerza "¿tendrá una omega en Nueva Zelanda?", porque sí, debía admitirlo Shin Ae era una alfa atractiva, fuerte, leal y, sobre todo, fiel a sus sueños. La blanquecina sabía que no sería para nada difícil que su amiga consiguiera una omega.

No negaría que sintió algo por aquella alfa cuando esta aun vivía en Corea, pero las cosas cambia ¿No es así?, quizás la lejanía logró contribuir con la resignación de su pequeño enamoramiento, quizás cuando la vea esos sentimientos del pasado no hallan sido más que confusiones de una pubertad y quizás, solo quizás, su corazón dejara de latir desenfrenadamente cuando se reencontrara con la alfa.

La rubia trato de pensar que era así, que solamente eran pequeñas confusiones eso que alguna vez sintió por la morena, pero eso no quitaba el hecho de que estaba por ver a Shin Ae. Todos sus pensamientos se vieron disipado cuando escucho su puerta ser tocada con suavidad.

-Pase- Dijo la omega mientras miraba su aspecto en el espejo.

La joven omega se dio cuenta de que estaba perfecta, y todo se lo atribuía a los hermosos genes de su padre omega que es una persona bella, hermosa e inteligente, siempre lo confundían alegando que ella era la hermana mayor de su padre, pero era gracioso ver la cara de esas persona al enterarse que ese hermoso omega era su padre, que estaba casado, que tenía 36 años y que tenía 6 hijos.

Una sonrisa se asomo en sus delgados labios, que desgraciadamente heredo de su padre alfa, al recordar los innumerable coqueteos, insinuaciones y regalos que recibía su padre omega por parte de casi media universidad, tanto de alfas como de betas, pero siempre eran dulcemente rechazado por este.

Su vista dejo de posarse en su rostro para ahora mirar a la persona que se asomaba poco a poco por la puerta de madera barnizada. Grande fue su sorpresa, pánico y alegría al ver que esa persona era nada menos que su mejor amiga.

Inconscientemente la rubia frunció notoriamente el ceño, pues empezaba a sentir extrañas coas en su estomago y se negaba a creer que se trataba de la dichosas mariposas. Estaba analizando seriamente si debería tragar insecticida o ignorar aquello. Opto por la segunda decisión, pues todavía tenía que hacer algo antes de intoxicarse.

-Rin- Susurró la alfa notando lo preciosa que se veía su amiga.

Cuando Chae Rin escucho su nombre salir de los labios de la morena en un susurro y solamente eso basto para que corriera, los pocos metros que las separaban, hasta abalanzarse sobre esta, quien gracias a su rápidos reflejos y a su fuerza logro sostener a la rubia para que ambas no cayeran sobre el frio piso. 

-¡Rin! ¿¡Cuantas veces te dije que no te abalanzaras de esta formas!?

-¡Recién llega de Nueva Zelanda y ya me estas retando!- Grito enfada Chae Rin mientras enrollaba sus piernas en la cintura de unnie- ¿¡Acaso no nota que te extrañe demasiado!?

La mayor miro apenada a su mejor amiga, pues tenía razón, aunque eso no significara que hubiera preferido decir aquello que terminar en el frio y sucio piso del cuarto de la rubia, sí, algunas cosas no cambia, como el hecho de que su mejor amiga era una holgazana de lo peor.

-Ya, ya esta bien- La mayor abrazo más el curvilíneo cuerpo de la omega- lo siento Chae Rin ¿de acuerdo?- Shin Ae sonrió mostrando sus hermosos hoyuelos.

Y vaya que Chae Rin enrollo más su piernas en la cintura de la alfa, pues los hoyuelos de la mayor causo que esas "mariposas" hicieran de las suyas en su interior, causándole un leve mareo. La omega sentía que en cualquier momento vomitaría y que quizás esa odiosas mariposas saldría de su interior.

-¿Sabes?- Pregunto burlesca la mayor.

-Dime- Respondió Chae Rin.

-¡Yo también te extrañe!- En ese momento la morena empezó a dar vueltas por todo el cuarto aun sosteniendo el cuerpo de su amiga.

Ambas rieron por la acción de la alfa hasta que esta choco accidentalmente con la esquina de la cama, lo que causo que ambas cayeran en el suave colchó. Chae Rin callo de espalda en el colchón mientras que su mejo amiga amiga caía sobre ella, y para ser más específicos, entre las piernas de la omega.

El momento, que de por sí era incomodo, se volvió el doble cuando una persona entro al desordenado cuarto sin previo aviso viendo aquella escena sin mostrar ningún tipo de interés, emoción o algo, pero su rostro no reflejaba nada. Para desgracia de la omega y de la alfa esa persona era Jihoon.










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Gracias por leer.

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La Familia Min- YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora