𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 3

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LA RAZÓN ERES TÚ



27 de Marzo, 2017
Luego de un mes de haber conocido a Matteo en semejante circunstancia terminamos por hacernos muy amigos, y eso es, a mi parecer, justo lo que ambos estábamos necesitando en ese preciso momento. No era mentira que ambos nos encontrábamos viviendo situaciones difíciles, aunque él probablemente aún no comprendía que yo sí conocía de cierta manera su dolor, aun cuando quizá no estábamos viviendo lo mismo, pero eso no podía afirmarlo con seguridad.


De todas formas, la verdad era que yo sabía lo que era sentirse orillado a buscar una salida que puede parecer la más fácil, sé lo que es cuando te sientes demasiado sobrepasado por todo lo que estás viviendo y sé también lo que es pensar que realmente nadie te comprende, que nadie entiende tu dolor y que, por sobre todas las cosas, estás demasiado solo en el mundo y que no puedes contar con nadie. A veces llega el punto en que sientes que no puedes decirle lo que sientes a las personas que quieres porque, puede que haya pasado antes incluso, ellos menosprecian tu malestar, ellos se burlan de tu dolor. Y ya, bueno, quizá no es que quieran hacer eso, pero duele como la mierda y eso es demasiado obvio.

Creo que por eso Matteo y yo terminamos por hacernos tan cercanos. Luego de esa noche en que nos conocimos, lo llevé a una cafetería que quedaba cerca del trabajo de mi madre, necesitaba hacer que se calmara un poco, que se sintiera tranquilo o que borrara por un momento todo lo que estaba pasando por su mente.

Ambos íbamos caminando por las calles prácticamente vacías, mientras yo llevaba mi bicicleta al costado. Podía ver el rostro demasiado pálido del chico, que ahora se iluminaba con los faroles de luz que habían por la avenida. Notaba un ligero temblor en su cuerpo, y me pregunté en silencio si sería porque tenía frío o por lo que acababa de suceder hace algunos minutos.

No sé, pero creo que cuando estás a punto de suicidarte lanzandote de un edificio que supuestamente acaba de quedar vacío no te esperas que alguien te vea, te siga y encima te haga detenerte. No sé tampoco si Matteo quería ser salvado, aunque, sí en el fondo no hubiese sido así, creo que el chico simplemente hubiese saltado sin importar que yo estuviese ahí para ver la terrible escena.

Cuando llegamos al lugar le pregunté qué quería tomar, pero se limitó a agachar la cabeza y negar con lentitud. Aunque eso significara que no quería tomar nada, me decidí a comprarle un café de igual manera.

Me acerqué a una mesa y él me siguió con mucha lentitud.
Iré a pedir unos cafés ¿okay?— recuerdo que le pregunté, mientras él se mantenía simplemente mirándome—Mira, esperáme aquí si quieres, y si prefieres irte lo entenderé, pero tienes que saber que yo solo intento hacer es que simplemente todo aquello que sucedió hace un rato se borre por un momento de nuestras mentes y que hagamos algo, tal vez sea diferente para ambos, ¿vale?

Claro...— susurró, era la segunda palabra que decía en el rato que llevábamos juntos. Asentí y me alejé de él en dirección al mesón donde había que ordenar.

Podía notar a la distancia cómo Matteo seguía temblando ligeramente y eso me tenía demasiado preocupado porque tampoco sabía muy bien qué hacer para que aquello se detuviera. La verdad es que estaba nervioso, y bastante.

Pasaron unos minutos hasta que me entregaron las dos tazas con café y crema, volví a la mesa en la que el chico esperaba sentado, con la cabeza gacha.

Bien, aquí estoy, espero que te guste el café con crema... No me lo rechaces, hace frío y necesitas calor en el cuerpo para dejar de temblar un poco— Recuerdo que le entregué el café y dejé un montoncito de paquetitos pequeños de azúcar en medio de la mesa para que pudiéramos sacar.— Matteo...— él me miró, mientras abría un paquetito y le echaba su contenido al café— No voy a pedirte que me cuentes por qué estabas en esa situación... Tal vez ni siquiera tengo derecho a saberlo... Pero, la cosa es que, pienso que necesitas a alguien que te escuche, no sé, tal vez es una idea mía— solté un suspiró en ese momento, mi mente realmente estaba hecha un nudo— Pero si es así, yo puedo ser esa persona, si sientes que estás solo... Si realmente sientes que esa era la única salida que tenías, te prometo que no, te prometo que todo puede mejorar y que no estás solo porque hay mucha gente en el mundo, y más de alguien debe sentirse igual o debe pensar en que quiere ayudar y que lo ayuden...

Él me observó fijamente, detuvo su tarea de ponerle azúcar al café tras el tercer paquetito. Agachó un poco su mirada y sí, era obvio por qué, estaba demasiado aturdido e inseguro. No es nada normal que una persona que no conoces de ningún lado venga y te diga todas esas cosas, y eso era lo que estaba haciendo yo, simplemente no era normal.
Mira, sé que es difícil digerir toda la información, pero yo puedo y quiero ayudarte, ¿está bien?— tomé una profunda bocanada de aire y luego tomé un sorbo de mi café que había quedado demasiado dulce— Sé que no me conoces y que esto debe ser demasiado extraño para ti, lo entiendo, créeme... Para mi también lo sería. Pero bueno, puedo hablarte sobre mí, a ver si así entramos en confianza.

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Recuerdo que luego de eso le di mi número de teléfono, y le dije que cualquier cosa que necesitara él podía hablarme, que me considerara su amigo y que por favor, por lo que más quisiera en el mundo, confiara en que yo intentaría ayudarlo.

Ahora me encontraba tirado en la cama de lo más tranquilo, había llegado de la Universidad hace dos horas y una vez más estaba solo en casa, como es usual. Puse música para tener algo de ruido de fondo mientras me decidía a comenzar uno de los informes que habían pedido.

Luego de unos minutos la tonada de Demolition Lovers de My Chemical Romance fue interrumpida por una canción un tanto más melancólica que mi reproductor aleatorio creyó que me vendría bien escuchar.

The Reason de Hoobastank comenzó a sonar entonces, causando que me pusiera a cantar de inmediato. Las canciones así siempre logran mover una fibra sensible en mí.
No soy una persona perfecta, nunca tuve intención de hacerte esas cosas— Canto a todo pulmón, como si con aquellas palabras se me fuera la vida— Así que antes de irme tengo que decírtelo, solo quiero que lo sepas.— Tomo impulso para cantar la mejor parte de todas— He encontrado una razón para cambiar lo que solía ser... una razón para volver a empezar— Escucho mi celular sonar y veo la pantalla—... y la razón eres tú.— Es Matteo...

Descuelgo la llamada al tiempo que detengo la música.

Hola Ricci, ¿qué hay?— de inmediato escucho los ruidos de fondo, hay platos rompiéndose, sus padres se están gritando, su perro ladra y ladra... Esto no es nada bueno— ¿Estás bien? Dime que estás bien y que no te han hecho nada...

Necesito hablar, Luka— me dice, se nota fácilmente que está llorando, se me hace un nudo en la garganta al oír su voz quebrada— ¿Podemos vernos en algún parque o algo así? Por favor...


HOLA! ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO 
Les mando un abrazo a todos, cuídense mucho y aviso que el próximo capítulo será subido el Lunes 19 <3 

-Ukiy0_x

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