—Ma... ¿Mamá? —preguntó con miedo al pensar que lo estaba perdiendo, pero su sorpresa fue mayúscula cuando corroboró que la mano morena se había vuelvo a mover, que no había sido un movimiento reflejo como muchas otras ocasiones había ocurrido. No, había movido la mano de verdad, y los ojos se abrieron con lentitud mostrando esos hermosos orbes zafiro.
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Dentro de su letargo, a lo lejos podía oír unos sollozos y una voz que para él era muy conocida. Una voz que le daban impulsos para forzar a su cerebro para abrir sus ojos.
La claridad de la habitación lo deslumbró, y le costó enfocar hasta que dejó de ver borroso. A su lado, estaba Tetsuya llorando. ¿Por qué? ¿Algo le había pasado? Quería gritar, quería preguntarle por qué lloraba, quería poder levantarse, pero aún se sentía sin fuerza para poder hacerlo.
Mamá... esa palabra que detectaba y amaba a la vez... se sentía tan cálida... Hacía años que no era llamado así. No recordaba por qué ni cuándo dejó de llamarlo de esa forma, pero qué reconfortable sonaba oírlo de nuevo.
—Despertaste... —murmuró, parpadeando varias veces más para cerciorarse de que no se trataba de un sueño—. ¡al fin despertaste! —exclamó, echándose encima lleno de felicidad—. Voy a avisar a Midorima-san —tan rápido como salió el pequeño omega de la habitación, llegó acompañado por el médico y el enfermero.
—Aomine —sonrió, sin ocultar ni una pizca de su alegría—. Espera, voy a quitarte esto. A ver, expulsa el aire, ¿vale? —con cuidado, le retiró el tubo que lo mantenía entubado—. Sentirás un poco de molestia, pero pronto se te pasará —le revisó las pupilas también, y las constantes en el monitor—. Bienvenido de vuelta.
—¿Tet...su? —deletreó con voz ronca, notándose el tiempo que llevaba sin articular palabra y la ligera molestia de la entubación—. ¿Qué ha...?
—¿Recuerdas lo que pasó? —cuestionó Takao, rezando porque sí recordara y su memoria no se hubiera visto afectada.
—Sólo... recuerdo que me dolía todo, tenía frío... ¿Los bebés? —exclamó preocupado.
—Tranquilo, están bien. Kagami-kun se los llevó porque era su hora de comer —explicó el omega.
—Te realizamos una cesárea de urgencia, entraste en eclampsia y la placenta se desprendió. Has estado dos meses en coma, Aomine.
—¿Dos meses? ¿Y el trasplante?
—Todo está bien, ¿no me ves? —dijo suavemente Kuroko sonriendo—. Mientras tú estabas dormido me hicieron el trasplante y salió bien, ¿verdad, Midorima-san?
—Así es, no tienes por qué preocuparte, todo salió bien. Debemos esperar un par de meses más para poder hablar de que ha sido un éxito, pero sí, de momento, todo parece indicar que va todo como esperábamos.
—Me alegro tanto... —murmuró, con algo de ensoñación.
—Te voy a hacer un pequeño reconocimiento —le tomó de las manos—. Apriétalas. Bien, ahora suelta... Bien. Ahora, trata de levantar el brazo derecho lentamente. Y ahora el izquierdo. Vale. Hacemos lo mismo con las piernas, primero la derecha y después la izquierda.
—¿Todo bien, Midorima-san?
—Sí, todo parece indicar que está bien todo, no perdiste memoria ni tampoco sensibilidad ni movilidad. Necesitarás un poco de rehabilitación, y también te haré unas pruebas para corroborar de que todo esté perfecto.
—Me alegro tanto —volvió a derramar lágrimas Tetsuya, esta vez de felicidad—. Tenía tanto miedo de que no despertaras... —se echó sobre su pecho. Aomine, con su mano izquierda, lo abrazó—. No sabes lo preocupados que hemos estado por ti.
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Rompiendo Las Reglas (KnB)
FanfictionAomine Daiki es un omega adulto enamorado del mejor amigo de su hijo. Kagami Taiga es un joven alfa enamorado del padre de su mejor amigo. Pero la edad no será el único impedimento para que sean felices. Pareja principal: KagaAo. Secundaria: AkaKu...