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Helado de fresa, una cuchara para ambos.

NARRADOR OMNISCIENTE.

— Hace demasiado calor.—Se quejó Jungkook.

— Ya estamos a medio camino, toma agua.—Dijo Jimin, concentrado en el camino.

—Desde aquí veo un puesto de helado ¿Podríamos parar allí?

Jimin soltó un suspiro de frustración y para no pelear, siguió las instrucciones del menor. Se paró frente a una heladería pequeña, sin clientes y con el letrero de abierto donde todos pudiesen verla.

Sería divertido, era un viaje de amigos y la intención principal era pasarla bien. No era con planes o prohibiciones, sólo todos ellos con ganas de escapar de sus ajetreadas vidas universitarias o laborales.

Jennie de inmediato reconoció el lugar, recuerdos de otros viajes a Malibu y pequeños recesos para comer helado allí con... él, volvieron a su mente. Todo se volvió gris, porque su rostro aparecía en su mente cada vez que intentaba recordar lo feliz que fue en esas épocas.

Y durante todo el viaje lo único que hizo fue dormir; incluso por encima de la voz de Rosé, que se encargaba de recordarles lo mucho que le gustaba cantar y los chistes malos que Jin seguía contando. Jennie encontró en los treinta minutos de sueño, una posibilidad de no ver a Yoongi y Wendy actuar como una pareja perfecta.

Porque aunque lo negara, le dolía. Al final, cada vez que veía como él la miraba, sentía feo en su corazón y eso ya era inevitable.

Salió del auto mientras se ponía de nuevo sus lentes, acomodó el cabello que lo traía suelto y se puso una gorra negra, complementando todo su atuendo que era del mismo color.

—Buenas tardes.—Escuchó como Taehyung saludaba.

Se sentó en una de las mesas que había allí con Jungkook y Lisa, que discutían si pedir helado de pistacho o coco para compartir.

Le fue inevitable sonreír, esos dos eran un caso.

Parecían mejores amigos, pero eran pareja desde hace cinco años. Tal vez por eso las cosas funcionaban tan bien entre ellos dos, conservaban la picardía de hace tiempo. Tenían una conexión que envidiaba. Era del tipo de parejas que Jennie pensaba si terminaban, dejaría de creer por completo en el amor.

—Nosotros queremos un helado grande de fresa, por favor.

Y a pesar de que intentaba integrarse a la conversación de Jungkook y Lisa, pudo escuchar con facilidad la voz grave y profunda de Yoongi.

Esa frase ya la había escuchado antes. Frunció el ceño y notó de reojo que los dos se habían sentado en la mesa de al lado.

—Jen.—Alzó la vista cuando escuchó la voz de Lisa.—¿Quieres que tu helado sea el de siempre?

La castaña asintió rápidamente y observó como Lisa y Jungkook iban al mostrador para ordenar, en el camino seguían su debate por el sabor que debían elegir los dos.

Jennie se quedó sola en la mesa, mucho más intranquila al saber que Wendy y Yoongi estaban justo a su lado.

Pasó saliva nerviosa, porque sentía que no podría manejar las ganas que tenía de voltearse por completo y ver lo que hacían. Lastimarse, para poder recordarse que esa ya no volvería a ser su vida, sólo para ver si con eso podría olvidarlo por completo y entender que ya estaba fuera de su alcance.

Entender que su época con Min Yoongi había terminado.

¿Pero cómo olvidar algo que nunca quisiste terminar?

Nunca se había sentido más ridícula, pero estaba en tal posición de desespero por verlo, que tomó una de las servilletas y después de respirar profundo, hizo que se cayera de manera que luciera como si hubiese sido un accidente.

Puso su cabello detrás de ambas orejas y se agachó rápidamente a recogerla. Cuando estaba incorporándose, alzó la mirada y la escena que se presentó ante sus ojos, le heló la sangre.

Tragó saliva, mientras veía como un Yoongi muy sonriente, le daba de comer helado a Wendy, de la misma cuchara que él estaba comiendo.

La rubia lo recibió gustosa y sonrió arrugando la nariz. Yoongi limpió las comisuras de Wendy. Ambos se veían como la típica pareja de película romántica, perdidos en sus miradas y concentrados en el otro, como si fuesen lo único que existe en el mundo.

Jennie se sentó de nuevo, manteniendo la mirada en el mostrador donde Lisa y Jungkook estaban todavía decidiendo sobre el sabor de helado.

La chica de mirada gatuna intentó dejar de pensar en aquello, pero cada vez que su cabeza quería borrar esa imagen de su mente, era como si volviera en bucle.

Pero volvía como si ella lo estuviera viviendo. Como si ella ya hubiera estado ahí, en el lugar de Wendy. Era como si le estuvieran reproduciendo un recuerdo de ella y Yoongi.

Como si ya hubiera pasado.

—¡Chicos!

Los chicos quitaron las miradas de sus helados, Jennie volteó a mirar para encontrarse con Hoseok, que parecía estar agitado como si hubiese corrido un maratón entero.

—¿Qué sucedió?—Cuestionó Jin.

—Nos quedamos sin gasolina.—Soltó.

Jennie lo miró incrédula, no podía ser cierto.

—Fácil, podemos ir y conseguir más.—Dijo Namjoon, para después concentrarse en su helado creyendo que había encontrado una solución.

—Ese es el problema.—Dijo Hoseok.—La gasolinera más cercana está a mínimo treinta kilómetros y ya está anocheciendo.

Los chicos se quedaron en silencio, mirándose entre ellos e intentando encontrar una nueva opción, pero todos estaban en blanco. Su parada a comer helado, había sido arruinada por la falta de gasolina.

—Eso significa que tendremos que pasar la noche aquí.

Mientras sus amigos empezaban a quejarse, Jennie miró al lado, observando a la parejita.

Sería una noche larga.

Deja vu » yoonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora